LA IZQUIERDA EN ALEMANIA

Posted by SOCIALISMO REVOLUCIONARIO on 20:27

¿Que camino seguir?


Mientras el gobierno de "gran coalición" de los conservadores de la CDU/CSU y los socialdemócratas del SPD continúa con los ataques neoliberales a la clase trabajadora, un gran debate está teniendo lugar dentro de la izquierda alemana sobre la unificación de diferentes fuerzas y partidos. SASCHA STANICIC, secretario general de Sozialistische Alternative (SAV), el CIT en Alemania y miembro activo del Partido por el Trabajo y la Justicia – La Alternativa Electoral (WASG), analiza el trasfondo y las perspectivas de este debate.

Sascha Stanicic, secretario general, Socialistische Alternative, CIT Berlin, Germany, 28 de febrero 2006.

La izquierda fue la única ganadora verdadera en las elecciones generales de septiembre pasado. Su número de parlamentarios pasó de dos solitarios diputados a 54. Más de 4.25 millones de personas, 8.7%, dio su voto al bloque electoral del WASG y el Linkspartei.PDS. Al mismo tiempo los llamados "ganadores", el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y la Unión Cristiano Demócrata / Unión Cristiano Social (CDU/CSU) vieron sus votos caer en cerca de tres millones y 1.8 respectivamente.

Por razones legales (al menos esa fue la justificación oficial), la izquierda solo pudo participar en las elecciones bajo el nombre de Linkspartei.PDS, el rebautizado Partido del Socialismo Democrático (PDS), y este partido dominó el bloque electoral. En las elecciones generales de 2002el PDS obtuvo 1.9 millón de votos. El salto de 2.2 millones de sufragios el año pasado refleja tanto la desilusión con el gobierno de Gerhard Schröder como, en particular, el enorme atractivo del recién formado WASG y su más prominente apoyo Oskar Lafontaine.

Sin embargo, solo doce de los 54 miembros del grupo parlamentario de izquierda son miembros del WASG. Entre ellos está Lafontaine. En 1999, el diario The Sun (Londres) le llamó "el hombre más peligrosos en Europa". En ese momento, el keynesiano Lafontaine era ministro de finanzas del recientemente electo gobierno de coalición SPD-Partido Verde. Un poco después, los capitalistas y los medios de la burguesía presionaron su salida porque no estaba dispuesto a llevar adelante políticas neoliberales.

Alemania cambió durante los siete años de gobierno "Rojo-Verde", pero no de acuerdo con las esperanzas de muchos trabajadores y desempleados. Más bien, sus peores temores se vieron confirmados. El gobierno, dirigido por el ex partido de trabajadores, el SPD, usó sus cercanas conexiones con los líderes sindicales y los temores de muchos trabajadores de que las condiciones bajo un gobierno de CDU/CSU serían mucho peores, para desarrollar un ataque sin precedentes contra las normas sociales y los derechos de los trabajadores. Con la llamada "Agenda 2010" y las leyes Hartz, los sistemas de seguridad social fueron arruinados ampliamente y las condiciones rebajadas. El desempleo masivo llegó a niveles record. Los capitalistas forzaron recortes de salarios y jornadas laborales más largas. La pobreza aumentó y pasó a ser un fenómeno masivo, no solamente entre los desempleados de largo tiempo. El fenómeno de los "pobres que trabajan", desconocido previamente en Alemania, apareció porque no hay salario mínimo. Por ejemplo un peluquero en Sajonia, Alemania del Este, ¡gana €3.06 por hora! (aprox USD$ 3.6 ndt)

El gobierno también comenzó un curso nuevo y agresivo de política exterior. Rompió el "tabú" post segunda guerra mundial contra el envío de soldados a países extranjeros. En los Balcanes y en Afganistán, soldados alemanes están luchando en guerras por primera vez desde 1945.

Fundación del WASG
En el otoño de 2003 y durante todo el 2004, estallaron protestas de masas contra las políticas del gobierno. Cientos de miles tomaron las calles y en algunas ciudades movimientos de huelgas tuvieron lugar contra los recortes de los gastos sociales. Como una reacción al giro hacia la derecha del SPD, esas protestas condujeron a la formación de dos agrupamientos a principios de 2004. A partir de ellos, fue formada la asociación WASG que más tarde pasó a ser un partido a comienzos de 2005. Significativamente, un sector importante de funcionarios sindicales de rasgo medio habían roto con el SPD y llamado a la formación de un nuevo partido. Activistas desempleados también son una parte importante de la base del WASG. Individuos y miembros de algunas organizaciones socialistas se incorporaron, incluida la SAV, que durante los últimos años habían hecho propaganda por la necesidad de un nuevo partido de trabajadores de masa.

La fundación del WASG también fue una reacción a la política del PDS. El ex partido gobernante en la GDR Estalinista (República Democrática de Alemania). Este anterior partido gobernante después de la reunificación Alemana se había transformado a si mismo en un partido reformista "normal". Era socialista de palabra, parlamentario y conformista en los hechos. Tenía una fuerte base solamente en el este; en el oeste nunca pudo echar raíces en sectores de la clase trabajadora y la juventud, su fracaso en distanciarse de su pasado estalinista le impedía hacerlo. Más importante, era incapaz de dirigir batallas decididas por los intereses de los trabajadores y los desempleados.

Cuando, hacia fines de los años 90, el PDS comenzó a formar gobiernos de coalición con el SPD a nivel de estados que desarrollaron recortes sociales y privatizaciones, la esperanza de que este partido podría desarrollarse en una alternativa de izquierda con influencia de masas murió para muchos. Como resultado el PDS se movió aceleradamente hacia la derecha. En su Congreso de 2003 en Chemnitz, el PDS adoptó un programa que aceptaba el capitalismo, la economía de mercado, sosteniendo que "la conducta emprendedora y el interés por el beneficio son pre requisitos importantes para la innovación y la productividad". En Berlín, que había sido gobernada por una coalición SPD/PDS desde el 2001, muchos miembros de izquierda del PDS se unieron al WASG.
El WASG y el PDS se presentaron a las elecciones para el parlamento del mayor estado de Alemania occidental, Rhine Norte-Westphalia, en Mayo 2005. El WASG obtuvo tres veces la votación del PDS. El SPD sufrió una derrota devastadora y la noche de las elecciones, Schröder llamó a elecciones nacionales generales adelantadas para el otoño de 2005.

Lafontaine había declarado su simpatía por el WASG en semanas anteriores. Sin embargo, nunca había llamado a la gente e a votar por él, ni se había incorporado. Ahora declaró su disposición de participar en las elecciones generales, siempre que el WASG y el PDS hubiesen formado una alianza electoral. Esto es lo que pasó, aunque muchos críticos de izquierda advirtieron que una alianza sobre la base de la política del PDS siempre correría peligro de transformarse en conformista. La campaña electoral unida, aunque bajo la lista del renombrado Linkspartei, fue declarada como el comienzo de la unificación de izquierda en Alemania. Los partidarios de este curso se vieron justificados y declararon que los más de cuatro millones de gente que había votado por la alianza también habían votado por la unificación del WASG y el Linkspartei.PDS.

Sin embargo, no hay prueba de ello. El resultado electoral, por positivo que fue, quedó lejos de muchas predicciones de los sondeos. La participación activa de activistas de izquierda en la campaña fue limitada, no únicamente porque miembros dirigentes del WASG y del Linkspartei.PDS comenzaron a cuestionar algunas exigencias centrales en medio de la campaña. Un movimiento hacia el conformismo ya había sido señalado.

En su conferencia nacional de julio de 2005 y la votación subsiguiente, el WASG empezó una discusión sobre la formación de una nueva alianza de izquierda. Esto fue para incluir explícitamente otras fuerzas de izquierda aparte de las del WASG y el Linkspartei.PDS. El llamado "proceso de nueva formación" de la izquierda ha pasado a ser más difícil que lo que a los dirigentes del WASG y del Linkspartei.PDS les hubiera gustado. Hau una crítica creciente en dos asuntos mayores. En primer lugar, la política de gobiernos de coalición de Linkspartei.PDS, y la declaración de su presidente, Lothar Bisky, de que la nueva formación debería prepararse para la coalición con el SPD a nivel nacional. En segundo lugar, criticas al carácter no democrático del proceso de unificación, que deja a la base del WASG y a fuerzas fuera de ambos partidos fuera del juego. También ha habido pequeños números de personas dentro del WASG que se opusieron a la unidad con el Linkspartei.PDS desde una posición de derecha.

La cuestión de Berlín
Este conflicto es especialmente tenso en Berlín. Desde 2001, la capital ha sido gobernada por la coalición del SPD y el Linkspartei.PDS. Este llamado "mal menor" ha jugado un papel mayor, comparado con otros estados, en lo que concierne a recortes sociales y ataques a trabajadores del sector público. La mal llamada coalición "Roja-Roja" ha votado por las privatizaciones y el borrador de constitución neoliberal de la Unión Europea. Salió fuera de la estructura de negociación nacional del sector público y usó esto para chantajear a los trabajadores de la ciudad de Berlín y forzar recortes de salarios masivos. Un jardinero, envío una carta al periódico del SAV, Sölidaritat, explicando que eso le había costado a él €180 por mes. Los pagos a los funcionarios por Navidad y vacaciones fueron reducidos, y otros estados federales hicieron lo mismo. Desde 2005, 15.000 puestos de trabajo han sido reducidos, y otros 18.000 van ha desaparecer en los próximos seis años. Tarifas reducidas para gente que usa el transporte público fueron abolidas, luego reinstaladas después de protestas masivas, pero solamente después de grandes alzas de precios. La entrega gratuita de libros escolares y otros materiales de estudio se terminó, las mensualidades para jardines infantiles subieron. Los departamentos municipales fueron privatizados, igual que el suministro de aguas públicas. Durante un escándalo que implicó un banco de propiedad de la ciudad, las pérdidas potenciales de billones de euros de ricos inversores fueron cubiertas por la ciudad.

Sin embargo, el Linkspartei.PDS. sacó un balance positivo de esto. El senador económico de la ciudad, Harald Wolf, dijo en septiembre de 2004: "La coalición "roja-roja" ha tenido logros considerables. La tarea central para la consolidación del gobierno, fue llevada a cabo con determinación. Se ha ordenado, limpiado y, lo que no es menos importante, construido. Se ha tenido el coraje y la fuerza de ir a las confrontaciones necesarias y especialmente para sobrevivirlas". Se justifican estas políticas señalando la situación financiera catastróficas que enfrentaba la ciudad. Pero, en lugar de luchar codo a codo con los trabajadores por más recursos, pasan los problemas a los trabajadores y los desempleados. Esto en una ciudad con desempleo sobre la media, en la cual una de cada seis personas sobreviven con menos de €600 al mes. En su última conferencia, el Linkspartei.PDS decidió dejar abierta la cuestión de una nueva coalición para después de las elecciones de la ciudad en septiembre.

El WASG de Berlín se opone a estas políticas y apoya, entre otros, a los trabajadores en el hospital de la universidad, Charité, que están luchando contra los recortes salariales y las amenazas de privatización del hospital. Un miembro del WASG dijo: "Si este "proceso de nueva formación" nacional no existiera, nosotros incluso podríamos marcar por el PDS". Pero este proceso existe y las direcciones de ambos partidos están ejerciendo considerable presión para asegurar la unificación en Berlín también. Respecto a las elecciones en septiembre en Berlín, el WASG ha declarado que una candidatura unitaria es posible solamente si el Linkspartei.PDS cambia su curso. Esto inevitablemente tiene que incluir abandonar el gobierno de coalición.

Berlín no es un caso especial sino un precedente, si durante el proceso de nueva formación el ala responsable por la actual política del Linkspartei.PDS vence, hay un gran peligro que una gran oportunidad histórica de formar un nuevo partido de trabajadores se pierda. En lugar de ello podría haber un partido que siga el mismo proceso del PDS y los Verdes, degenerando básicamente en una formación puramente capitalista, pero a una velocidad más rápida. No habría alternativa para la clase trabajadora y la juventud.

La política del Linkspartei.PDS en el gobierno de Berlín está tan descaradamente dirigida contra la clase trabajadora, que nadie en el WASG la apoya abiertamente. Pero a pesar de ello, hay una disputa masiva en el WASG en Berlín, y especialmente ahora a nivel nacional, sobre si o no debería presentarse independientemente el WASG en Berlín, en las elecciones de septiembre. Pensando que la presentación independiente podría poner el proceso de unificación en peligro, dentro del WASG algunas trataron de dilatar la decisión hasta el punto que la preparación para una campaña electoral no fuera posible. Estas fuerzas, una alianza de reformistas, Linsruck (la organización hermana del SWP británico), y gente que apoya la participación en el gobierno, no triunfó. La decisión final sobre la estrategia electoral del WASG ahora se adoptará a fines de febrero, lo que significa que abrá tiempo para preparar una campaña electoral.

El papel de Sozialistische Alternative (SAV)
Los miembros del SAV juegan un importante papel en Berlín. Dos miembros del SAV han sido elegidos a la dirección local: Lucy Redler al ejecutivo, y el sindicalista turco, Hakan Doganay, recibió la más alta votación para el comité de dirección ampliado. Hubo una gran reacción entre otros dirigentes del WASG y el Linkspartei.PDS, y en los medios de comunicación. Un dirigente de los miembros de izquerda del Parlamento Federal, Ulrich Maurer, atacó a los "trotskistas" debido a los problemas en Berlín. Irónicamente, él trató de defender a León Trotsky diciendo que él se "revolvería en su tumba" si pudiese ser testigo de la política del SAV. Esto vino de un ex presidente del SPD en Baden-Württemberg que por años ¡apoyó la coalición entre el SPD y el CDU en ese estado federal! En respuesta, el SAV dijo que August Bebel, un líder histórico de la socialdemocracia alemana, se revolvería en su tumba si pudiera leer los comentarios de Maurer. Der Spiegel, una importante revista semanal de noticias, dijo que el SAV era el principal enemigo del Linkspartei.PDS. Estos desarrollos han aumentado la imagen pública del SAV, y han dado una nueva dirección al debate sobre la unificación de la izquierda, politizándolo enormemente. Debido a la candidatura unida durante las elecciones generales de 2005, mucha gente pensó que ambos partidos ya eran una sola organización. Ahora, una creciente fracción de los trabajadores, especialmente los sectores avanzados, entienden que no solo son dos organizaciones diferentes sino que también hay posiciones significativamente distintas en cuestiones de participación y privatización entre el WASG y el Linkspartei.PDS.

Linksruck argumenta que el WASG y el Linkspartei.PDS son partido reformistas y que existen diferencias políticas al interior de los dos. Ellos sacan la conclusión que no puede haber ningún argumento contra la unificación de ambos partidos y que la unificación sobrepasa cualquier otro asunto. Esto incluye la cuestión del WASG participand en las elecciones de Berlín. En principio, Linksruck argumenta contra la participación en el gobierno. Sin embargo, está dispuesto a apoyar una candidatura unida del WASG y el Linkspartei.PDS. sin poner ninguna condición política, siempre que el Linkspartei.PDS. no haga ninguna declaración pre-electoral sobre continuar la coalición con el SPD (en oposición a una declaración oponiéndose claramente a tal continuación), y siempre que miembros del WASG estén incluidos en las listas electorales.

En una situación donde miles de jóvenes, trabajadores y desempleados están furiosos por los recortes realizados, esto significa capitular frente a los conflictos políticos concretos que se desarrollan en Berlín. Desde ya, estas políticas han hecho perder apoyo al PDS en los sectores orientales de la ciudad. Esto significaría negar a la clase trabajadora de Berlín una oportunidad de expresar su protesta contra cuatro años de políticas anti-obreras. Los fascistas del Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD) podrían aprovecharlo, potencialmente, dirigiendo algo de la indignación mediante una demagogia social contra los extranjeros.

En realidad, Linksruck está en alianza con la mayoría de los dirigentes del WASG que quieren presionar hacia la fusión sin ninguna discusión política. Linksruck ahora se distingue públicamente de lo que llama la "izquierda radical" en el WASG que, en este caso, significa la región de Berlín. Linksruck ha estado en la vanguardia defendiendo que el WASG solo debe tener un programa limitado y no intentar defender una alternativa socialista. En su discurso electoral para el ejecutivo nacional del WASG, Christine Buchholz, una dirigente del Linksruck declaró: "Considero la idea de estrechar al WASG con un programa anticapitalista o socialista un serio error". Esto es porque el Linksruck no cree en la posibilidad de construir un partido no sectario mientras propone un programa de transición que vincule campañas sobre asuntos inmediatos que enfrentan los trabajadores con la necesidad de defender una alternativa socialista.

El carácter del WASG
Aunque es cierto que tanto el WASG como el Linkspartei.PDS tienen un carácter reformista y que dentro de ambos partidos hay discusiones similares sobre participar en el gobierno, los dos partidos juegan papeles muy diferentes en la izquierda y en la sociedad.

Dentro del Linkspartei.PDS actualmente no hay oposición de izquierda perceptible. Se estima que este partido tiene 60.000 miembros, en su mayoría jubilados. La militancia activa es de cerca de 6.000, principalmente funcionarios y miembros que ocupan lugares en varios parlamentos locales, regionales y nacional. Casi no tiene raíces entre los jóvenes y en los lugares de trabajo. Se ha movido a la derecha muy rápidamente. Muchos trabajadores todavía no lo apoyan debido a su pasado estalinista.

El WASG es una fuerza de oposición con importantes conexiones con sindicatos y movimientos sociales. Tiene dos políticas principales que contradicen directamente la conducta del Linkspartei.PDS en el gobierno. El programa del WASG dice: "Estamos en oposición a las políticas neoliberales gobernantes. Solamente participaremos en un gobierno a nivel estatal o nacional si eso lleva a cambios políticos mayores en dirección a nuestras demandas". Y en su manifiesto electoral: "No participaremos, ni apoyaremos, un gobierno que aplique recortes sociales". El WASG es la parte dinámica del "nuevo proceso de formación". El pasado septiembre 2.2 millones de nuevos sufragios para la izquierda indicaron el apoyo potencial que el WASG puede atraer. Puede tener un gran atractivo con los sindicalistas, activistas y movimientos sociales y sectores de la clase trabajadora que no han estado activos hasta ahora.

El PDS se estaba hundiendo en el abismo hasta que fue resucitado el año pasado por el WASG y Lafontaine. Los socialistas deberían defender los aspectos positivos del WASG mientras señalan los peligros de un programa que permanece reformista.

El SAV fue la única fuerza política dentro del WASG argumentando contra el carácter keynesiano de su programa durante el debate programático dentro del WASG en la primavera de 2005. El SAV explicó que las muchas buenas y correctas reivindicaciones por jornadas de trabajo más cortas, un salario mínimo, programas de inversión, etc. No serían sostenibles dentro de los límites de una sociedad capitalista. Debido al carácter de crisis de la economía capitalista y el aumento masivo de la competencia económica global, cambios positivos para la mayoría de la población solamente podrían ser alcanzados a través de la lucha de masas y solamente podrían ser sustentadas si el capitalismo era abolido y reemplazado por una democracia socialista.

El SAV explicó que la cuestión de un programa socialista no es solamente una cuestión ideológica sino que determinaría las políticas concretas del partido durante las luchas del día a día. Solamente un partido esté obligado por la economía capitalista podría, por ejemplo, desarrollar un programa sobre como defender puestos de trabajo en la industria del automóvil. Cuando se observa la sobrecapacidad global del 25%, está claro que el principio de beneficio y competencia tiene que ser removido de manera que las fabricas puedan ser usadas para producir cosas que sean necesitadas realmente por la sociedad. Sin la nacionalización de la industria automotriz bajo gestión y control democrático de los trabajadores, esto no sería posible. Esto sería una aplicación concreta de un programa socialista en las batallas de los trabajadores automotrices en Alemania y en todo el mundo.

El SAV nunca ha hecho de la adopción de un programa socialista una precondición para el trabajo constructivo unido para construir el partido, en tanto el WASG de a los trabajadores y jóvenes la oportunidad de expresar sus intereses políticos y defienda esos intereses. A pesar de esto, a comienzos de 2005 el ala derecha del WASG conformada alrededor del funcionario sindical regional, Klaus Ernst, trató de expulsar al SAV. Esto fracaso debido a la resistencia de la base de WASG que dejó claro que los socialistas y marxistas tenían un lugar legítimo en él y que no debería haber exclusiones sobre bases políticas. Debido al debate alrededor de la cuestión de la unificación con el Linkspartei.PDS en Berlin, Ernst y otros están tratando de renovar su campaña contra el SAV. El portavoz de prensa del WASG ha escrito un documento de ocho páginas en el que, usando muchas falsedades, explica porqué él rechaza trabajar con el SAV. En un texto, Ernst atac a los "dogmáticos" que "no son capaces de desarrollar un partido". El ala derechista fracasará nuevamente en su intento de marginalizar a los socialistas. En realidad, la base está aumentando la presión sobre la dirección.

Cooperación entre Linkspartei.PDS y WASG
Esto es así especialmente debido al tercer "acuerdo de cooperación" alcanzado entre las dos direcciones. El nuevo acuerdo incluye una referencia positiva a la estrategia política del Linkspartei.PDS. La parte central de ella es participar en gobiernos con el SPD. El acuerdo también excluye que ambas organizaciones puedan concurrir a las elecciones contra la otra. Y esto en el momento preciso en que el asunto está siendo discutido en Berlín, ¡con la mayoría de los miembros moviéndose en la dirección de presentarse independientemente!

No hubo posibilidad de discutir el texto de este acuerdo dentro del WASG, las secciones y grupos regionales no pudieron influenciarlo de ninguna manera. El modo descaradamente antidemocrático de abordar las cuestiones provocó agudos ataques a la dirección nacional, incluso de miembros que no se oponen al texto del documento. La dirección del WASG en el estado de Sajonia declaró: "Es intolerable la manera arrogante en que la dirección, desde que el partido fue fundado, muy ofensivamente y continuamente ignora las reglas democráticas que sentaron las bases de nuestro partido". Y: "Esta manera de hacer las cosas puede ser visto como fundamentalmente dañino para el proceso de formar nuestro partido. Todos los cuerpos exigen que la base no solo sea el mensajero sino también la iniciadora del proceso de nueva formación. La dirección nacional actúa en contra de esta exigencia y daña elementos fundamentales del espíritu de nuestro partido, como la equidad, sensibilidad, solidaridad y formación democrática de opinión".

Dentro de la militancia del WASG hay actualmente discusiones sobre vías alternativas para provocar un nuevo proceso de formación de la izquierda. Nadie se opone a esto como tal, incluyendo el SAV. Solamente se opone a la unidad entre el WASG y el Linkspartei.PDS sin precondiciones, y exige una defensa de la oposición fundamental a cualquier forma de recorte social y privatización, como un proceso democrático que incluya fuerzas fuera de ambos partidos. ¡Un nuevo partido de izquierda debería tener políticas de izquierda!

Muchas regiones están exigiendo la renuncia de la dirección nacional y la elección de una nueva. Esto perfectamente podría ocurrir en el próximo congreso nacional, que tendrá lugar en abril. Dentro de la dirección nacional, han comenzado a aparecer diferencias. Tres de sus miembros han publicado una declaración que es perceptiblemente más crítica y de un tono más izquierdista que la declaración de la mayoría de la dirección. La dirigente de Linksruck, Buchholz, pertenece a la mayoría y cada vez más se alinea con las fuerzas burocráticas dominantes dentro de la dirección nacional.

Los desarrollos ulteriores del WASG y del proceso de la nueva formación de izquierda dependen, no en último termino, del desarrollo de las luchas de clase en los próximos meses. La gran coalición bajo Angela Merkel (CDU) y Franz Müntefering (SPD) ha decidido muchos ataques contra la clase trabajadora. El grueso de estas medidas, aumentar el IVA, empeorar los derechos en el trabajo, elevar la edad de jubilación, menos dinero para los desempleados, y muchas más, serán implementadas gota a gota. Este año es presentado como el de recuperación económica (con mínima inversión). Los grandes ataques vendrán el 2007. En algunas áreas, por ejemplo el sistema de salud, la CDU/CSU y el SPD han sido incapaces hasta ahora de consensuar una política unida. Pero ataques adicionales sobre la clase trabajadora son ciertos.

Los dirigentes de los sindicatos hasta ahora no han organizado ninguna protesta contra el gobierno ni tampoco han propuesto ninguna. Los movimientos sociales están planeando una manifestación nacional el 1 de abril y actualmente están tratando de movilizar apoyo dentro de los sindicatos. Al menos estos ahora están llamando a apoyar las protestas contra la Directiva Bölkestein de la Unión Europea en febrero, una protesta que el SPD ha dicho que apoyará ¡para tratar de Mostar su cara social!

Es una cuestión abierta saber si habrá un movimiento generalizado contra el gobierno este año, como lo vimos en 2003 y 2004 contra el gobierno de Schröder. El potencial está allí, pero ni los dirigentes sindicales ni el nuevo grupo parlamentario de la izquierda están intentando movilizarlo.

Al mismo tiempo, hay una continua ola de ataques a los salarios, jornadas de trabajo y puestos de trabajo. Muchas batallas están teniendo lugar. Especialmente en la manufactura, estas son contra los cierres, la transferencia de fábricas y los recortes de puestos de trabajo. Los trabajadores portuarios tuvieron una huelga europea exitosa el 11 de enero contra la desregulación (Convenio Portuario II). Miles de estibadores alemanes participaron. En marzo, habrá un nuevo round de negociaciones salariales en el sector manufacturero. Huelgas de advertencia y verdadera huelgas por aumentos salariales son posibles. Pero esas batallas actualmente son aisladas, defensivas y generalmente muy cortas. Unificar esas luchas y desarrollar una estrategia unificada son una necesidad urgente, pero los dirigentes sindicales lo impiden, y la izquierda en los lugares de trabajo es en parte muy débil o incapaz de desarrollar tal estrategia.

Sin embargo, no se puede descartar que las protestas aisladas ocurrirán más a menudo y que la cantidad se transforme en calidad. Tal desarrollo influenciaría el WASG, el grupo de izquierda parlamentaria y el nuevo proceso de formación. Si unos pocos miles de trabajadores que están dispuestos a luchar se unen, entonces eso podría radicalizar el proceso. Pero la cuestión de los ritmos de los diferentes eventos es importante. Hasta ahora, el grupo parlamentario de izquierda ha tenido poca iniciativa y atracción. Si hubiera la decisión de unificar ambos partidos sobre la base de las políticas del Linkspartei.PDS, entonces habría el peligro que los activistas de izquierda se retiraran del WASG y que el partido unificado no atrajera trabajadores y jóvenes. Esto sería incluso más verdadero si un partido de trabajadores, como está planeado, participara en gobiernos estatales y sus ataques contra los trabajadores.

Un tiempo crucial
Mucho depende de Berlín, no se puede esperar que el Linkspartei.PDS cambie su curso. Si el WASG concurre independientemente bajo un programa de principios y con una campaña activa, y si gana el apoyo de los sindicalistas y activistas de movimientos e iniciativas sociales, tiene una posibilidad de obtener el 5% para entrar al parlamento de Berlín. Esto tendría un gran efecto sobre el proceso nacional de nueva formación de la izquierda y fortalecería las fuerzas anticapitalistas y socialistas. La unificación de ambos partidos sin precondición, sin embargo, haría más difícil construir la nueva formación y un nuevo polo de atracción y referencia para activistas de izquierda y críticos.

Queda por ver si la dirección de Linkspartei.PDS y el WASG verán tal desarrollo sin hacer nada, o si cumplirán las amenazas que hicieron en noviembre después de la conferencia del WASG de Berlín, que excluirán a gente o incluso dividirán la organización. En cualquier caso, los grupos anticapitalistas y socialistas dentro del WASG tienen que prepararse para esa posibilidad. Una cooperación más fuerte y mejor coordinada entre esas fuerzas es necesaria y está siendo preparada.

El desarrollo del WASG y el debate sobre la formación de un nuevo partido de izquierda abren un nuevo capítulo en la historia del movimiento de trabajadores alemán. Después de la caída del Muro de Berlín, la clase trabajadora fue empujada a la defensiva. En el frente ideológico, la burguesía comenzó una ofensiva masiva. Internacionalmente, el aburguesamiento de los partidos de trabajadores tradicionales y el movimiento hacia la derecha de las direcciones sindicales contribuyó a la disminución de las ideas socialistas dentro de la clase trabajadora e incluso de la conciencia de clase básica.

Ahora el viento ha comenzado a cambiar. Enfrentados con una continua ofensiva neo-liberal y la puesta en cuestión de los principales logros del movimiento de trabajadores, sectores importantes de los trabajadores y la juventud están buscando un camino de resistencia y alternativas políticas. La creación de partidos amplios de trabajadores, desempleados y jóvenes, uniendo sindicalistas, socialistas y activistas de movimientos sociales (movimiento de la mujer, antiglobalización, antifascismo, medioambientalistas, etc.) y también capas frescas de trabajadores que entran a la lucha, ahora es un paso importante y necesario.

No hay sustituto para el desarrollo de organizaciones de trabajadores de masas con un programa marxista, pero ellos son necesarios para empezar un proceso en el cual, tal como lo formulo Marx, "la clase-en-si-misma (una clase socio-económica) se transforma en una "clase-por-si-misma" (una fuerza política conciente). La conciencia y la intervención con metas y la participación de una organización Marxista como SAV es importante. En primer lugar, para alcanzar una audiencia más amplia para las ideas marxistas y en segundo lugar para incrementar la velocidad de desarrollo de esos partidos y hacerlos exitosos. Sin un programa socialista, los partidos de trabajadores, en el periodo actual de declinación capitalista, pronto mostrarán sus limitaciones. Esta es la lección de la decadencia de los viejos partidos de trabajadores y su completa transformación en cuerpos capitalistas.


El capitalismo globalizado, marcado por el estancamiento, la recesión y la competencia internacional creciente, no tiene mucho espacio para reformas. La conquista de reformas necesita acción de masas. Incluso demandas moderadas, sobre la base de la lucha de masas, pueden tener un carácter casi revolucionario. Los tiempos de partidos reformistas estables con una membresía de masas, como los conocimos en muchos países después de 1945, se han ido. Habrá nuevos intentos de construir partidos de trabajadores. Muchos no perdurarán por largo tiempo porque fuerzas reformistas los arrastrarán a la participación en gobiernos donde implementarán recortes sociales. Por lo tanto no se transformarán en polos de atracción duraderos. Pero en esos procesos y en la lucha de clases, se desarrollará una nueva generación de luchadores que empezarán la lucha por un verdadero nuevo partido de trabajadores y que están abiertos a las ideas marxistas. El WASG es un primer paso de esos en Alemania. La tarea de los marxistas alemanas es hacer todo lo posible por desarrollar esta formación embrionaria en un partido de trabajadores de masas, con un programa socialista.