La invasión aérea del régimen Israelí al Líbano amenaza con una guerra regional

Posted by SOCIALISMO REVOLUCIONARIO on 3:20

El imperialismo da complete apoyo al capitalismo israelí su aliado en la región

Kevin Simpson, cit, Londres

"Retrocederemos el reloj en El Líbano en 20 años." Esta amenaza de un general israelí ahora está siendo implementada por un brutal bombardeo del Líbano por el ejército israelí. Las FDI. Durante siete días, muchas partes del Líbano fueron "bombardeadas clandestinamente" como un activista socialista en Beirut lo describió gráficamente.

El régimen israelí, con el apoyo de la administración de Bush y su lacayo Blair, ha abierto el peligro de llevar a la región a otra guerra a menos regional a menos que la clase capitalista israelí se ve a forzada a dar marcha atrás. La incursión de las FDI en Gaza ya fue suficientemente devastadora. El régimen israelí tiene una historia de invasión y ocupación del Líbano. Sin embargo, la más reciente, invasión aérea del Líbano, dado el poder de fuego ampliamente incrementado de las armas israelíes que ha devastado el país, es de un orden cualitativamente diferente.

Los acontecimientos están entrando en una espiral fuera de control. Reportes de la TV jordana hablan de advertencias israelíes al régimen sirio para obligar a Hezbollah a retroceder o enfrentar incursiones aéreas dentro de 72 horas, El Primer Ministro Israelí Olmert habla inquietantemente de "una larga guerra", mientras el Sheik Nasrullah, líder del Hezbollah, amenaza a Israel con más ataques de cohetes y los lanza. Un diplomático occidental dijo: "Si [el escenario de pesadilla] se desarrolla estaremos en un gran, gran problema" (Observer, 16 de julio de 2006)

La guerra y el conflicto militar generalmente tienen una lógica propia. En el Medio Oriente, inundado con odio al imperialismo de EE.UU. y la bárbara opresión de décadas a los palestinos, esto es más cierto todavía. Desde que las FDI ocuparon la Banda Occidental y Gaza en la guerra árabe –israelí de 1967, se han llevado a cabo más de 650.000 encarcelamientos de palestinos por el estado de Israel. Más de 9.000 palestinos languidecen en las cárceles israelíes. Esta es solo una indicación de la opresión que padecen las masas palestinas.

No puede descartarse que el régimen israelí retroceda al borde de la guerra total. Pero esta posibilidad disminuye cada día. Sin embargo, incluso en este caso, la situación política en Medio Oriente muestra similitudes con la grandes tensiones y tremenda indignación entre las masas árabes que existía en el periodo que precedió las guerras Árabes – Israelíes en 1956 y 1967.

Enormes sectores del sur de Beirut están reducidos a caucho quemado con los residentes alrededor choqueados ante la masiva destrucción que cayó con el granizo de misiles y bombas desde tierra, mar y aire. Puentes, caminos, y plantas de energía son pulverizadas. Ha comenzado la destrucción de fábricas. Todos los puertos y aeropuertos del Líbano han sido bombardeados. Se ha extendido la escasez de alimento y agua. El hambre y las enfermedades, siempre los seguidores de la guerra y el conflicto, ahora amenazan a los más pobres en el Líbano.

Cientos de muertos

Cientos de civiles libaneses han sido muertos, muchos de ellos reducidos a pedazos por las bombas israelíes mientras intentan abandonar el país hacia la capital Siria, Damasco. Un millón de refugiados han dejado Beirut. Ya han ocurrido masacres. El sábado 15 de julio las FDI advirtieron a los residentes de Marwaheen en el sur del Líbano, que abandonaran su aldea. Cuando lo hicieron un convoy de camiones fue alcanzado por un misil israelí. Veinte murieron, incluyendo muchos niños. Imágenes horrendas de cuerpos desmembrados fueron mostradas en la TV en el mundo árabe y musulmán.

Pero como ocurre en todo conflicto es la clase trabajadora y los campesinos pobres de ambos lados los que sufren – no los generales, los políticos y la élite capitalista – que están lejos de todo peligro, incluidos aquellos como el hijo de Hariri, el ex presidente Libanés, que fue hospedado en un hotel de cinco estrellas en Damasco. Los trabajadores y jóvenes libaneses están experimentando la peor muerte y destrucción. Sin embargo, de manera creciente, los trabajadores judíos israelíes también están sufriendo como demostró, el fin de semana pasado, la muerte de ocho trabajadores ferroviarios por un ataque con misiles de Hezbollah sobre Haifa. Los árabes israelíes también se transforman en bajas de los ataques de misiles del Hezbollah a aldeas dentro de Israel como Majd el Krum donde un residente árabe declaró que parece que Hezbollah "no hace diferencia entre judíos y árabes. Sino que todos comemos del mismo plato."

A nivel mundial, los trabajadores y jóvenes están absolutamente indignados por la brutalidad de este conflicto y el desprecio cínico y cruel de las vidas de civiles inocentes mostrada por el imperialismo de EE.UU. y las potencias de la Unión Europea. Cuando el portavoz presidencial de EE.UU. fue consultado acerca si Bush condenaría la respuesta desproporcionada de Israel, dijo "El Presidente no va a dar consejos militares a Israel." (London Times, Sábado 15 de julio de 2006) más aún, en la cumbre del G8, en una conversación privada con Blair que fue recogida en una grabación, Bush dijo "Lo que necesitamos es conseguir que Siria logre que Hezbollah pare de hacer esta mierda".

La élite árabe está sin fuerza y acobardada. Una reunión de la Liga Árabe durante el fin de semana ¡no fue capaz de ponerse de acuerdo con ninguna declaración! Arabia Saudita en principio ha apoyado la acción israelí contra Hezbollah. Todas estas acciones serán recordadas por las masas Árabes y esos líderes pagaran en el futuro por esos crímenes.

Pero, lo que realmente enfurece a todos los que están horrorizados por las escenas de destrucción en sus pantallas de TV cada noche y lo que lleva a los árabes y musulmanes a niveles incandescentes de ira, es que el imperialismo norteamericano es tan abierto y descarado en su apoyo al régimen israelí. Y todo esto es hecho en nombre de la "democracia" y "contra el terrorismo". La cumbre del G8, bajo fuerte presión de EE.UU., sacó una declaración poniendo hincapié del conflicto sobre Hezbollah y negándose a llamar a un alto al fuego. Una reunión de ministros de exterior de países de la Unión Europea también produjo comentarios similares, negándose a condenar a Israel. Esto significa dar apoyo abierto al castigo colectivo del régimen israelí de toda la nación libanesa. El imperialismo occidental lamentará el día en que dio luz verde a la pulverización del Líbano por el régimen israelí. Lo que significa nada más que un terrorismo de estado masivo.

La actitud del imperialismo hacia Israel no es nada nuevo. Durante el último año, Bush apoyo la construcción por Israel de asentamientos masivos en la Banda Occidental y dio una mayor carta blanca de apoyo al plan de Olmert para imponer unilateralmente una ‘solución definitiva’ a los Palestinos, que les dejará solamente con el 11% del área original de la tierra de Palestina, toda la cual quedará dividida en cantones rodeados por un "muro de separación" al estilo del de Berlín.

Se han ido los días en que el imperialismo de EE.UU. parecía ser más neutral. Ahora es muy difícil para la administración de Bush pretender siquiera estar actuando como una contención a la brutal represión militar del régimen israelí. Incluso la élite árabe comprende esto.

Cambio en la política

Parte de esto representa un cambio en la política bajo la segunda administración de Bush. Pero también está vinculado con el hecho que la capacidad del imperialismo norteamericano de intervenir e influenciar los acontecimientos mundiales ahora es mucho más limitada que antes. Después de los ataques del 11 de septiembre, cuando la superpotencia de EE.UU. parecía tener más espacio temporalmente para intervenir militarmente alrededor del mundo, el régimen de Bush adelantó la idea que rediseñaría el Medio Oriente. Barrería al Taliban fuera de Afganistán e implementarían un "régimen democrático secular". El Irak de Sadam Hussein Sadam sería arreglado y un régimen más estable y amigo de los EE.UU. florecería en el Medio Oriente y proveería energía barata a Occidente. Una transformación "democrática" del resto de la región vendría a continuación, barriendo al régimen de Irán que era parte del "eje del mal", al régimen Sirio de Bashar al-Assad e incluso reemplazando aliados anteriores del imperialismo de EE.UU. con gobernantes más estables y complacientes en países como Egipto y Arabia Saudita. Una solución final al conflicto israelí – palestino sería el resultado del aplastamiento de los grupos islámicos más extremistas en los territorios ocupados.

Esta Utopía neo conservadora fue reemplazada por una catástrofe horrorosa para las masas y provocó una pesadilla política y militar para el imperialismo en todos lados. Irak está en una situación peor que bajo el régimen brutal de Sadam Hussein. La posibilidad de que el país se quiebre en pequeños estados hostiles inestables se está acercando cada día. Irán ha sido fortalecido cualitativamente a nivel regional porque los partidos Chiítas vinculados al régimen iraní están en ascenso en Irak.

Más aún, el régimen iraní se ha rehusado a rendirse a la presión occidental para que termine su producción de uranio enriquecido y al hacerlo ha ganado el apoyo del grueso de la población iraní por su retórica anti imperialista. Arabia Saudita y Egipto enfrentan una amenaza creciente de los grupos armados reaccionarios islámicos vinculados con Al Qaeda. Además, la Hermandad Musulmana Islámica consiguió avances significativos en las últimas elecciones generales en Egipto. Pero la humillación más gráfica para los planes del imperialismo de EE.UU. en la región vino con la aplastante victoria de Hamas en las elecciones Palestinas, en enero de este año. Este ejemplo mostró la completa hipocresía de la administración de Bush. Lanzó una campaña respaldada con amenazas de intervención militar para el amplio Medio Oriente en el nombre de la "democracia". Sin embargo, cuando las elecciones tuvieron lugar al imperialismo norteamericano no le agradaron los resultados. En consecuencia, cuando la clase dirigente israelí desató la destrucción sobre las masas palestinas como resultado de las elecciones, recibieron el apoyo total del imperialismo de EE.UU. y sus cohortes.

Pero el giro actual de los eventos es mucho más grave. Originalmente el ataque de Hezbollah al convoy armado israelí fue diseñado para fortalecer su posición interna en El Líbano, ya que la retirada de las tropas sirias fue vista como que quedaban sin uno de sus aliados. El ataque también tenía el propósito de desviar la atención de las exigencias de las Naciones Unidas para el desarme de Hezbollah y sus milicias.

Hezbollah, mejor armado y más unido que jamás, representa un enemigo formidable para el régimen israelí. Ahora es considerado la tercera fuerza armada más poderosa en la región por algunos observadores militares. Fue responsable, sobre la base de su apoyo entre las masas chiítas y de sus ataques armados contra las tropas israelíes de la retirada prematura de las FDI del sur del Líbano en 2000. Este fue un duro golpe al prestigio de los militares. Es por esto que algunos medios israelíes se refieren al Líbano como "el Vietnam de Israel".

Contraproducente

Hezbollah tiene el derecho de resistir a la agresión Israelí pero usar ataques indiscriminados contra áreas civiles israelíes es contraproducente. En lugar de disminuir el apoyo al régimen israelí entre su población lo más probable es que consolide a los trabajadores y jóvenes israelíes detrás de su régimen.

Cuando Hezbollah mató siete soldados y capturó dos más los militares israelíes sufrieron otro duro golpe. Desde que el conflicto ha escalado, Hezbollah ha mostrado que es capaz de golpear algunos de los mayores centros de población israelí como Haifa. Más de un millón de habitantes de esta ciudad y de los alrededores han escapado hacia el sur y todos los principales lugares de trabajo de Haifa están cerrados. Esto significa que el prestigio del régimen israelí esta en cuestión. Su gran promesa durante una década de dar seguridad duradera a la población judía israelí se está demostrando de manera creciente como falsa.

Esta es una de las mayores rezones de porqué ha habido una respuesta tan brutal a los ataques de Hamas. Esta claro que la élite militar israelí quiere enfatizar una política de lo que ellos describen como "disuasión". Esto no quiere decir que ellos se opongan a los planes del gobierno de Olmert de una retirada unilateral de sectores de la Banda Occidental y la imposición de un arreglo final a los palestinos. Pero está claro que quieren hacer esto sobre la base de aplastar cualquier señal de resistencia para subrayar el punto que el capitalismo israelí es la principal potencia militar en la región y que la retirada no es señal de debilidad. La naturaleza aplastante de la respuesta a los ataques de cohetes de Hezbollah también es un claro mensaje a sus oponentes y a las masas árabes – opónganse a nosotros y sufrirán las consecuencias.

Las FDI esperan que sus bombardeos forzaran al gobierno y a la población libanesa a volverse contra Hezbollah y lo obligaran a desarmarse y retirarse a 25 millas de la frontera israelí-libanesa al río Litani. En efecto, esto significaría que Hezbollah se retire de áreas donde su apoyo es el más grande.

Sin embargo, las tácticas de las FDI solo servirán para hacer las cosas peores. Entre algunos sectores de la población que apoya a los partidos Cristianos más reaccionarios en El Líbano, hay apoyo total al aplastamiento de Hezbollah, que después de todo son sus enemigos históricos desde la época de la guerra civil libanesa. En la fase inicial del bombardeo actual, amplios sectores de la población sentían que ellos estaban sufriendo por las acciones llevadas a cabo por Hezbollah. Sin embargo, dada la brutalidad de los ataques de las FDI, el estado de ánimo ha cambiado y ahora el estado de ánimo predominante es el odio a la brutalidad del régimen israelí y el apoyó está girando a favor de Hezbollah, no solamente entre los chiítas.

En Israel también ha habido pronunciados cambios en el estado de ánimo y la conciencia. Nunca antes en la historia del capitalismo israelí ha sido tan odiada la élite rica por la clase trabajadora judía israelí debido a los ataques neoliberales sobre sus condiciones de vida y la creciente corrupción entre los políticos. Los generales también han visto su alto status en la sociedad disminuido.

Pero la amenaza de ataques a gran escala con cohetes, y un creciente sentimiento que están rodeados por países árabes hostiles que amenazan con arrojar a los judíos al mar, significa que por el momento el estado de ánimo ha comenzado cambiar. Actualmente hay un apoyo creciente por una acción militar más decisiva y un mayor apoyo al gobierno de Olmert, incluso si esto es matizado con dudas y criticas. A través de la experiencia de la inutilidad del uso de medios militares para quebrar la oposición de masas y la incapacidad del capitalismo israelí para proteger físicamente su población y dar seguridad social el estado de ánimo en Israel se modificará. Pero de momento se está moviendo en la dirección de la mentalidad de guerra.

Esto polariza la situación aún más y también explica porqué el capitalismo Israelí, el imperialismo y la élite árabe tienen tan poco margen de maniobra. Todo lo que se necesita es una atrocidad de cualquier lado para inclinar la balanza. Las FDI ya tienen fuerzas especiales operando en Líbano. Olmert firmó una orden el martes 18 de julio para reclutar tres batallones de reservistas. Este es una señal que las FDI pueden estar preparando una invasión terrestre.

Pero la continuación de la brutal guerra aérea podría, con toda seguridad, llevar a la caída del débil y dividido gobierno de El Líbano, y a la toma abierta de control por Hezbollah en las zonas en que tiene apoyo mayoritario. El régimen sirio podría tomar esto como excusa para mandar de vuelta secretamente sus fuerzas dentro del Líbano disfrazadas de combatientes de Hezbollah. Incluso no se puede descartar que el régimen Iraní, que ya ha provisto de armas y asesores militares al Hezbollah, mande combatientes armados voluntarios al Líbano.

Parte de la espiral de la guerra podría potencialmente ser el bombardeo por Israel sobre Siria y también Irán, especialmente contra las instalaciones nucleares iraníes. Tampoco puede descartarse aunque no es seguro que aumente la presión sobre el capitalismo israelí para un cese del fuego. Y si este horrendo escenario se produce una guerra regional es más probable. El capitalismo israelí y el imperialismo de EE.UU. se basan en el hecho que Hezbollah está aislado en el mundo árabe, con muchos dirigentes árabes sunitas viendo la oportunidad de cortar las alas a un competidor fortalecido. Algunos analistas militares serios han señalado la respuesta relativamente controlada del régimen Sirio como evidencia de que no está dispuesto a colocar su cuello en la línea. Ellos incluso ven el hecho que el Ministro de Relaciones Exteriores Iraní ha llamado a un cese al fuego y a negociaciones y a la puesta en libertad, como evidencia que hay límites a su apoyo al Hezbollah.

Pero también hay una gran indignación entre las masas árabes. Si el conflicto escala entonces los regimenes árabes puede ser amenazados ahora o después con una inestabilidad general, movimientos de masas e incluso el derrocamiento de las élites corruptas. La administración egipcia está sobre el filo de un cuchillo, y países como Arabia Saudita, a pesar del aumento del precio del petróleo, están llenos de inestabilidad como nunca antes. La idea de un torbellino de conflicto armado expandiéndose, en El Líbano, Siria, Irán y luego Irak, donde 140.000 tropas americanas están estacionadas ya no es tan imposible.

Efectos económicos

Esto tendría efectos catastróficos sobre la economía mundial donde el petróleo ya ha saltado la barrera de US$80 el barril y rápidamente podría subir sobre los US$100. Esto podría aumentar la perspectiva de una nueva crisis económica a la escala de 1974 – 75 que fue parcialmente iniciada por una aumento de cuatro veces en el precio del petróleo.

Igual que esto las tácticas militares brutales de las FDI y sus sostenedores imperialistas ya han tenido serios efectos de largo alcance y continuarán provocándolos. Por ejemplo la ocupación militar en Afganistán ha fortalecido a los Taliban y Al Qaeda mientras en Irak jugó en las manos de Zarqawi y llevó indirectamente a los atentados en Madrid y Londres. Las repercusiones de este último ataque sobre El Líbano, desafortunadamente podría ser sentido en el mundo con una nueva oleada de ataques terroristas en los cuales los trabajadores invariablemente serán las victimas.

La clase trabajadora de la región, arrastrando junto a ella al campesinado, son las únicas fuerzas capaces de derrotar al imperialismo, al capitalismo y a las élites árabes corruptas y satisfacer el deseo de los Palestinos por su liberación social y nacional. Inversamente, ellos son la parte de la población que más sufren en situaciones de conflictos armados o guerras.

La inmensa indignación que existe contra el papel pernicioso del imperialismo necesita ser canalizado en la dirección de construir un nuevo movimiento de la clase trabajadora y partidos, basados en las ideas de la eliminación de todas las fuerzas armadas imperialistas, y el derrocamiento del capitalismo y el feudalismo en la región, y el establecimiento de una confederación socialista en el Medio Oriente.

Indudablemente la perspectiva de conflictos y guerras adicionales llenan de pavor a los trabajadores y jóvenes alrededor del mundo y especialmente en Oriente Medio debido al terrible sufrimiento que puede significar. Sin embargo, el capitalismo, las guerras y conflictos verán más luchas de los trabajadores contra las privatizaciones y los ataques a sus condiciones de vida, como ya han tenido lugar en países como Irán, Egipto e Israel. Estos movimientos volverán al escenario pero con un nivel de conciencia diferente, imbuida con el deseo de poner fin al baño de sangre y una nueva sociedad donde las masas de la población controlen la inmensa riqueza que existe en la región.

Esta perspectiva está basada en la experiencia histórica. En el punto más alto de la Guerra Civil libanesa en 1988; los trabajadores libaneses, por sobre las líneas divisorias sectarias, lanzaron huelgas contra el colapso en el valor del salario mínimo como resultado de la inflación galopante causada por el conflicto. Unto a la "línea verde", que dividía al Beirut Cristiano del musulmán, manifestaciones conjuntas tuvieron lugar sobre este asunto. Durante el mismo período entre medio y un millón de israelíes manifestaron en Tel Aviv contra la invasión de las FDI en El Líbano.

Sin embargo, los socialistas y activistas no pueden simplemente sentarse atrás y esperar que estos desarrollos tengan lugar en el futuro. Se necesita construir urgentemente un movimiento por el cambio socialista revolucionario, a través de la región.

No al terror masivo del régimen israelí contra el pueblo Libanés. Fin al bombardeo del Líbano. Construir una oposición internacional masiva contra el "castigo colectivo" al pueblo Libanés.

Por el derecho de los trabajadores y el campesinado pobre libanés a defenderse contra la agresión estatal israelí. No al bombardeo indiscriminado y lanzamiento de proyectiles sobre áreas civiles. Por el establecimiento de una comunidad que incluya a todos, comités de defensa armados bajo el control democrático de las masas libanesas. No al concepto de castigo colectivo a civiles inocentes.

Liberación de todos los presos políticos y cautivos. Fuera de la región todas las fuerzas imperialistas.

Por un movimiento de masas de trabajadores, campesinos pobres y jóvenes, Árabes y Palestinos para derrocar el sistema capitalista que alimenta la guerra, la pobreza, el desempleo generalizado y los ataques neoliberales en el Medio Oriente. Por una Confederación Socialista de estados Árabes basados en una economía democráticamente planificada, bajo control y gestión de los trabajadores.

Por un movimiento de masas de los trabajadores judíos israelíes para derrocar el régimen capitalista israelí que significa guerras sin fin y ataques a las condiciones de vida. Por una Palestina Socialista y un Israel Socialista como parte de una confederación socialista del Medio Oriente en el cuál trabajador y campesino pobres y no dirigentes corruptos decidirán como funciona la sociedad, y en la cuál los derechos nacionales, religiosos y étnicos de todas las minorías serán garantizados.