Zimbabue: Mugabe planea robar las elecciones

Posted by SOCIALISMO REVOLUCIONARIO on 15:58

Desempleo masivo, hiperinflacción y pobreza

Dave Carr, de The Socialist, periódico semanal del Partido Socialista de Inglaterra y Gales

El partido gobernante de Zimbabue, Zanu-PF, ha llamado al recuento de los votos de la elección presidencial del 29 de marzo, a pesar de que la comisión electoral tiene todavía que, después de una semana, ¡hacer público los resultados!

Esto sugiere que el presidente Robert Mugabe fue derrotado en las elecciones. Sin embargo, el octogenario dictador, después de 28 años en el poder, no parece que tenga la intención de conceder la derrota a su oponente, Morgan Tsvangarai del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC).

Anteriormente, el MDC había proclamado la victoria (obteniendo una mayoría en las elecciones parlamentarias) diciendo que el recuento de los resultados publicados fuera de los colegios electorales dieron a Morgan Tsvangarai el 50,3% del voto. Sin embargo, algunos medios extranjeros dicen que fuentes cercanas a la comisión electoral informan que el candidato del MDC ha estado cerca de una mayoría absoluta y que es probable que haya una segunda vuelta.

A pesar de las evidencias de que en la primera vuelta el Zanu-PF había inflado el censo electoral, intimidado a los votantes y usando la ayuda alimentaria como herramienta política, una segunda vuelta traerá, indudablemente, un recrudecimiento de la violencia política dirigida contra el MDC y sus seguidores. Los famosos “veteranos de guerra” (las milicias pagadas por Mugabe) ya han desfilado por las calles de la capital Harare provocando las amenazas de la oposición.

Luchas de los trabajadores

Desde la independencia en 1980, que terminó con el gobierno de la minoría blanca, Mugabe ha presidido el país, que ha sufrido un catastrófico colapso económico, utilizando incluso las medidas más desesperadas para mantenerse en el poder.

Mugabe ha declarado repetidamente que el malestar nacional es el resultado de las intrigas imperialistas del antiguo poder militar, Gran Bretaña. Sin embargo, fue Mugabe quien adoptó medidas neoliberales en la década de 1990, atacando los niveles de vida de la mayoría negra.

En 1996 tuvo lugar una huelga general de los funcionarios públicos que se oponían a un recorte efectivo de los sueldos y a la pérdida de 25.000 puestos de trabajo, medidas llevadas a cabo por el gobierno a instancias del Fondo Monetario Internacional. Al año siguiente los veteranos guerrilleros, sin tierras y empobrecidos, se enfrentaron a Mugabe exigiendo compensaciones y pensiones.

Un sacudido Mugabe recurrió a la imprenta para pacificar las protestas, aumentando la inflacción. Incluso impuso un enorme alza en el impuesto general de ventas. Esto prendió de nuevo las protestas que culminaron en el “Martes Rojo” el 9 de diciembre de 1997 cuando alrededor de un millón de personas se sumaron a la lucha contra el gobierno en una huelga general.

Durante este período de luchas, una militancia en aumento de la clase trabajadora había forzado al Congreso de Sindicatos de Zimbabue (ZCTU) a romper con Zanu-PF. Con esta conexión rota se abrió un vacío político que dio lugar a la formación de un partido, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC).

El MDC movilizó a la oposición para derrotar a Mugabe en el referéndum que propuso en febrero de 2000 para modificar la Constitución. Sin embargo, los líderes del MDC ejecutaron un rápido giro a la derecha junto a los capitalistas zimbabuenses y uniéndose a los granjeros blancos y recibiendo una donación de 1 millón de dólares del norteamericano y derechista “think-tank” (centros de análisis e investigación política) Freedom Foundation (Fundación Libertad). En consecuencia el MDC adoptó las mismas políticas neoliberales de Mugabe.

Enfrentado a la derrota en las elecciones generales de Junio de 2000, Mugabe, después de 20 años de fiel servicio al capitalismo y al imperialismo, se hizo de repente el campeón de los desfavorecidos. Movilizó a los veteranos de guerra de las luchas de liberación para apoderarse por la fuerza de las tierras de los granjeros blancos e invocando la Ley de Mantenimiento de la Ley y el Orden, ley heredada del régimen racista de la Rodesia de Ian Smith, frenó a la oposición del MDC.

La cuestión de la propiedad de la tierra es por supuesto un problema real. Sin embargo, la invasión de la tierra no provino de un levantamiento campesino o de un amplio programa de reforma agraria, lo que supondría la nacionalización no sólo de las grandes explotaciones agrícolas comerciales sino también de otros pilares de la economía.

Algunas de las mejores fincas incautadas fueron entregadas a los partidarios de Mugabe en el gobierno de Zanu-PF. Los agricultores de subsistencia que recibieron la tierra no fueron provistos por el gobierno de herramientas o préstamos baratos para fertilizantes y semillas. Más tarde, los veteranos de guerra, junto con los ocupantes ilegales de las tierras, fueron desalojados por la policía.

Represión

Mugabe, sus compinches en el Zanu-PF y las fuerzas de seguridad del Estado usarán la segunda vuelta de las elecciones presidenciales para neutralizar políticamente a la oposición del MDC y garantizar la continuación de su ruinoso gobierno.

Sin embargo, si el MDC gana la presidencia es dudoso que Mugabe y la Zanu-PF acepten su derrota. Pueden decidirse por librar unilateralmente una brutal guerra civil, como hizo Mugabe en Matabeleland en la década de 1980 contra los oponentes de Zapu. Tal perspectiva obligará a un gran número de refugiados a huir de Zimbabue a Sudáfrica o incluso más allá.

Con un desempleo del 80%, hiperinflacción superior al 100.000%, pobreza generalizada, escasez de alimentos y combustibles, servicios públicos colapsados, la clase trabajadora zimbabuense está siendo aniquilada. Sin embargo no existe otra alternativa más que luchar.

A lo largo de la última década, los trabajadores y campesinos zimbabuenses han estado limitados en la lucha para derrotar el estado policial de Mugabe debido a la ausencia de un partido de la masa trabajadora con un programa socialista e internacionalista. La construcción de tal partido es la tarea a la que se enfrentan los socialistas de Zimbabue.