50 años de la Revolución Cubana

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Fin a las sanciones! Por una democracia de trabajadores para defender y extender los beneficios sociales!



Marcus Kollbrunner, Socialismo Revolucionario, CIT en Brasil.

21 de enero del 2009.



La celebración de los 50 años de la Revolución Cubana ocurre en un contexto de crisis profunda de la economía mundial, que coloca a la orden del día la necesidad de una alternativa al capitalismo.


Las conquistas de la Revolución Cubana, como los sistemas de salud y de educación, ambos de primera clase, todavía se destacan como un faro en el continente donde el caos creado por el ataque neoliberal ha dejado a la mayoría de la población en la miseria.


Pero el futuro sigue siendo incierto. Muchos especulan sobre la posibilidad de Cuba de seguir la “vía china” y abrirse a una restauración del capitalismo, sobre todo ahora que Fidel Castro no está desempeñando el mismo papel central.



El carácter específico de la Revolución Cubana

El Día de Año Nuevo de 1959, el odiado dictador Batista, huyó de Cuba, dos años después que un pequeño grupo encabezado por Fidel Castro y el Che Guevara desembarcó en la isla y comenzó una guerra de guerrillas en el campo. Su guerrilla nunca tuvo más de 3.000 combatientes en sus filas, pero la dictadura estaba tan podrida que esto fue suficiente para derrocarla.


La revolución cubana es un ejemplo que muestra que el capitalismo puede ser derrocado, incluso en un país pobre, pero también es un ejemplo de las limitaciones impuestas por el aislamiento y la influencia del estalinismo

Fidel Castro y otros en la dirección del Movimiento 26 de julio venían del Partido Ortodoxo, un movimiento nacionalista radical. También había comunistas en este movimiento, como el hermano de Fidel, Raúl y el Che Guevara. El programa del Movimiento 26 de julio no iba más allá de exigir el fin de la dictadura y la implementación de la democracia y reformas sociales, y no planteaba la abolición del capitalismo.


Los planes de Fidel Castro de reformas sociales chocaron de inmediato con los intereses de las empresas de EE.UU., que controlaban totalmente la economía cubana, y que no querían pagar impuestos o distribuir sus riquezas extraídas con ayuda de la dictadura. El nuevo gobierno respondió nacionalizando los activos de las empresas estadounidenses, dando al gobierno el control casi total de la economía. La respuesta del gobierno de EE.UU. fue tratar de derrocar al joven régimen y luego aplicar un severo embargo. Para evitar el aislamiento, Cuba buscó el apoyo de la Unión Soviética.


Rápidamente el sistema capitalista fue abolido en Cuba y la economía se estaba llevando a cabo en virtud de un plan. Pero, en contraste con la Revolución Rusa en 1917, la clase obrera en Cuba no desempeñó un papel independiente y consciente en la revolución de 1959. En cambio, el nuevo régimen siguió el modelo del sistema estalinista de control burocrático, patrocinado por Moscú.


A pesar de eso, el régimen cubano siempre gozó de apoyo popular, gracias a las mejorías implementadas, en las fauces del bloqueo de EE.UU., en virtud de una economía planificada, lo que dio una idea de lo que sería posible en el socialismo.


El régimen de Castro nunca llegó al mismo nivel de represión y crímenes de Stalin o Mao. A pesar de ello, se fue implementando un sistema dirigido de arriba hacia abajo, donde sólo un partido era permitido.


Para que una economía planificada funcione efectivamente, es necesario el control democrático y la gestión de los trabajadores, pero también la propagación de la revolución a otros países, para que sea posible realizar una división internacional del trabajo que no sea basada en la explotación. El peso muerto de la burocracia sobre la economía planificada conduce a una mala gestión, despilfarro y corrupción.



El colapso del Estalinismo

El colapso del estalinismo en la Unión Soviética y Europa oriental tuvo un efecto devastador sobre la economía cubana. El bloque estalinista correspondía al 80% del comercio exterior de Cuba y la ayuda de la Unión Soviética era muy importante para su economía. Entre 1990 y 1993, el PIB de Cuba cayó un 34%. Esto implicó enormes sacrificios a la población, con escasez de casi todos los bienes de consumo. Cuba se vio obligada a cambiar su base industrial del azúcar por el turismo, y abrir su economía para ciertas inversiones extranjeras.


Otra medida fue la implementación del dólar para uso doméstico, algo que estaba vinculado al desarrollo de la industria turística. Esto llevó a una diferenciación social entre aquellos que tenían acceso a dólares y, por tanto, podían ir a las tiendas en dólares con muchas mercancías almacenadas; en comparación con los que recibían salarios estatales regulados y pagados en pesos. Esas, y otras medidas, llevaron a un crecimiento del sector privado. En 2006, el 78% de la fuerza de trabajo era contratada por el sector público, frente al 22% en el sector privado. En 1981, la proporción de empleo en el sector público era el 91,8%, y sólo el 8,2% en el sector privado.


Actualmente en el sector turístico, 13 empresas extranjeras administran 62 hoteles en la isla. Pero ha habido también inversiones extranjeras en otros sectores, como telecomunicaciones y minería.


Sin embargo, el sistema capitalista no se ha restablecido, al igual que en Europa oriental y la Unión Soviética. La economía estatal y planificada todavía predomina. Esto ha significado que las importantes conquistas sociales de la revolución pudieran mantenerse. No es difícil ver los efectos de esto para la población. En Rusia, después de la desintegración de la Unión Soviética y la restauración del capitalismo en la década de 1990, la esperanza de vida se redujo a 56 años, 20 años inferior a la de Cuba!


En los últimos años la economía cubana se ha recuperado parcialmente. El acceso al petróleo barato de Venezuela, a cambio de miles de médicos cubanos que operan en Venezuela, el crecimiento del turismo y del crecimiento en el comercio con el resto del mundo, han desempeñado un papel importante. Los ingresos de los médicos cubanos en el extranjero, no sólo en Venezuela, es la más importante fuente de divisas, y el país también tiene una creciente industria de bio-tecnología.


El ritmo de las reformas del mercado se ha desacelerado y, en algunos casos, se ha invertido. En 2004, el dólar se prohibió en el mercado interior, pero fue reemplazado por el "peso convertible". El rol de Fidel Castro en este período fue de frenar las reformas pro-mercado, mientras que Raúl Castro es considerado como más abierto al mercado. La seria enfermedad de Fidel Castro, en 2006, cuando Raúl se hizo cargo del timón, provocó una gran cantidad de especulaciones sobre lo que pasaría cuando muriera Castro.


Evidentemente, hay una capa dentro de la burocracia gobernante que es atraída por la llamada "vía china", donde las reformas pro-mercado se combinan con un continuo control del poder por el partido comunista.


Cuando Raúl Castro asumió formalmente la Presidencia en febrero del 2008, habló de la necesidad de abolir los reglamentos innecesarios, permitiendo más "iniciativas privadas" en la agricultura, y una abolición de los salarios igualitarios. En marzo de 2008, fue liberada la venta de reproductores de DVD, teléfonos móviles y micro computadores.



Baja productividad

Un problema para la economía cubana es la baja productividad en el sector agrícola. La mitad de las tierras de cultivo, todas de propiedad estatal, están ociosas. Así, la isla que podría ser autosuficiente en alimentos se ve obligada a importar del 60-80% de los alimentos que consume. Raúl ha dicho que a los agricultores privados se les dará el derecho a utilizar parcelas de tierras estatales, a fin de estimular la producción de alimentos.

Raúl también anunció que reducirá el enorme aparato burocrático, incluso sus privilegios. Los viajes oficiales internacionales se reducirán a la mitad y los beneficios a vacaciones de los funcionarios también se reducirán. Sin embargo, los beneficios sociales de la población también se cortarán. El 27 de diciembre de 2008, el Parlamento cubano aprobó una reforma al sistema de pensiones que eleva la edad de jubilación en cinco años, a 60 años para las mujeres y 65 años para los hombres. En el mismo período de sesiones, Raúl anunció que en enero del 2009, propondrá una nueva reforma laboral, que aumenta las diferencias entre los salarios, vinculándolos a la productividad.

El 6 º Congreso del Partido Comunista se ha planificado para este año. Raúl quiere que el Congreso debata sobre "cambios conceptuales y estructurales". La suma de todos estos cambios será una creciente brecha económica dentro de la sociedad cubana, que amenaza romper la cohesión social actual. Existe una presión, sobre todo en la generación más joven, en el sentido de abolir las normas burocráticas y tener una sociedad más abierta. El 73% de la población cubana nació después de la revolución y no tienen la misma vinculación emocional con la revolución y el régimen.


Raúl Castro ha alentado debates más abiertos públicos, incluso a pesar de no estar considerando el abandono del sistema de partido único. A principios de 2008 hubo un debate en una de las universidades de Cuba entre el vocero del parlamento, Ricardo Alarcón, y los estudiantes. Un video del debate se extendió por Internet. Uno de los estudiantes preguntó:


"¿Por qué el comercio al por menor en todo el país implementó el uso del peso convertible, cuando a nuestros trabajadores y campesinos se les paga en pesos ordinarios que valen 25 veces menos? Usted necesita tres días para ganar lo suficiente para comprar un cepillo de dientes."


El estudiante también preguntó por qué se limitan los viajes, ya que a el le gustaría visitar el lugar donde el Che Guevara fue asesinado.

La cuestión es si este tipo de crítica será utilizada por el ala pro-capitalista de la burocracia para sus propios fines, o si será posible construir una izquierda socialista coherente en Cuba.



Nuevos problemas económicos

El año pasado, Cuba sufrió con la devastación de tres huracanes. Los daños ascendieron a un total de casi 10 billones de dólares americanos, equivalente al 20% del PIB. Más de medio millón de hogares fueron destruidos o dañados, y muchos cultivos fueron destruidos. Según Raúl Castro, al país le tomará 3 a 6 años superar esto.

El conjunto de la economía creció considerablemente más lento durante el año 2008, con un crecimiento del PIB del 4,3%, frente al objetivo de un 8%, y con un crecimiento del 7,5% en 2007. Además de los efectos de los huracanes, el país sufrió de un aumento en los precios de los alimentos, al mismo tiempo que el precio de su principal producto de exportación, el níquel, se redujo drásticamente. Esto condujo a un aumento del 70% en su déficit comercial.


La crisis económica internacional también ha llevado a una reducción de las inversiones extranjeras. La empresa minera canadiense, Sherritt International, decidió aplazar las inversiones en el aumento de la capacidad en la extracción de níquel. Telecom Italia ha anunciado que venderá su participación en la compañía de telecomunicaciones de Cuba, Etecsa. Sólo el sector turístico ha logrado mantenerse fuerte, rompiendo un nuevo récord en 2008, con 2,35 millones de visitantes. Cuba tiene petróleo barato de Venezuela, pero la fuerte caída de los precios del petróleo hará más difícil para Venezuela ser tan generoso en el próximo período.



¿Una nueva esperanza con Obama?

Existe una creciente presión sobre el nuevo presidente de EE.UU. en el sentido de levantar el bloqueo contra Cuba que ha estado en vigor desde 1962. En junio del año pasado, la Unión Europea levantó las sanciones políticas contra Cuba, normalizando las relaciones diplomáticas que estaban cortadas desde 2003, a pesar de las protestas de EE.UU.


Cuba también ha sido más integrada en los diferentes foros gubernamentales de América Latina. Durante la cumbre de presidentes latinoamericanos en Brasil a mediados de diciembre, se plantearon nuevas demandas a los EE.UU. para poner fin al bloqueo. Evo Morales, presidente de Bolivia, incluso propuso que todos los países deberían amenazar con cortar relaciones diplomáticas con los EE.UU. si Obama no ponía fin al embargo antes de la cumbre de la OEA (Organización de Estados Americanos) en abril. Cuba también fue admitida en el Grupo de Río (organización de Estados de América Latina y el Caribe creado en 1986 como un organismo alternativo a la Organización de Estados Americanos dominada por los Estados Unidos).



La Asamblea General de la ONU votó en octubre por 17 años consecutivos una resolución exigiendo el fin del bloqueo contra Cuba. EE.UU. sólo tuvo el apoyo de Israel y Palaos, mientras que 185 países votaron a favor.


El apoyo al embargo en los EE.UU. también está disminuyendo, sobre todo entre la segunda generación de cubano-americanos. Según un reciente sondeo de opinión por el Instituto de Investigación de Opinión Pública de la Universidad Internacional de Florida, el 55% de los cubano-estadounidenses están ahora en contra del embargo. Un 66% están a favor del levantamiento de las restricciones a los viajes a Cuba, y el 65% están en contra de la limitación de las remesas a las familias en Cuba. Un 23% cree que el embargo está funcionando mal, mientras que el 56% piensa que ha fracasado completamente.


La BBC habló con Carlos Saladrigas, un cubano-americano de 60 años de edad de Miami. Que votó republicano toda su vida, pero que en la última elección presidencial de EE.UU. ha optado por Obama.


"Usted no tiene que ser muy inteligente para llegar a la conclusión que después de 50 años de intentar algo que no ha funcionado, quizás es el momento de probar algo nuevo", dice.


Él piensa que la mejor manera de cambiar a Cuba es permitiendo a los cubano-estadounidenses visitar la isla en calidad de "agentes de cambio".


Obama dijo durante la campaña electoral que iba a suprimir las restricciones más duras aplicadas por Bush en 2004, cuando el número de visitas a Cuba se limitó a una vez cada tres años (frente a una vez al año antes de esto). Bush también redujo las remesas máximas a Cuba, de US$ 3000 a US$ 300 dólares.

Muchas compañías de EE.UU. desean establecerse en Cuba y seguir el ejemplo de Canadá, Cuba que se ha convertido en el principal socio comercial de Cuba. Muchos estrategas pro-capitalista también entienden que la forma más eficaz para hacer que Cuba retorne al capitalismo es inundar el país con mercancías baratas, mientras que las sanciones, en todo caso, han ayudado a mantener el apoyo al régimen cubano.


Los Socialistas llamamos por el fin inmediato de las sanciones, sin condiciones. El futuro de la revolución cubana está estrechamente vinculado a la lucha por el socialismo en toda América Latina. Una restauración del capitalismo en Cuba sería una catástrofe para la población de la isla y también para la izquierda, para la clase obrera y los campesinos pobres en toda América Latina. Al mismo tiempo, la llegada al poder de un régimen socialista en otros países en el continente, abriría el camino para una federación socialista de América Latina que seria decisiva para salvaguardar las conquistas de la Revolución Cubana.



Dos opciones

Hay dos opciones que enfrenta Cuba, un regreso al capitalismo, con todas las terribles consecuencias que supondría ello; o una real y genuina democracia obrera. La realidad de lo que significaría el capitalismo para Cuba se puede ver en el colapso social de los antiguos regímenes estalinistas de Europa oriental y en la Unión Soviética en la década de 1990. Ahora, después de unos breves años de respiro económico, estos países están en recesión vertiginosa, con aumento del desempleo, la pobreza y la degradación social. Las protestas masivas contra los gobiernos pro-capitalista se están llevando a cabo en todo los Estados bálticos y en Europa oriental. Para los ex estados estalinistas, la restauración capitalista ha fallado terrible y espectacularmente.


La democracia obrera en Cuba sería una regeneración de la revolución que se convertiría en un faro para las masas oprimidas, en todas partes. Esto significaría el fin del monopolio de partido único, elecciones justas a genuinos consejos de trabajadores, incluido el derecho de los trotskistas a participar en las elecciones, un control estricto sobre los ingresos, y con el derecho de revocación de todos los funcionarios electos. Si estas medidas se introdujeran, esto marcaría un punto de inflexión, no sólo para Cuba, sino que para la lucha revolucionaria en todo el mundo.