ESTADOS UNIDOS: HURACÁN KATRINA, UN DESASTRE EMPEORADO POR EL CAPITALISMO
Bryan Koulouris, Socialist Alternative, CIT USA. 6 de Septiembre 2005.
Cientos de miles han quedado sin hogar. Decenas de miles han sido enviados a Texas como refugiados. Edificios han colapsado. Comunidades enteras han sido reducidas a escombros. La ciudad de New Orleans, uno de los centros de historia y cultura en los EE.UU., probablemente será inhabitable por meses. La estadística de muertos de Katrina llega con certeza a cientos, y probablemente alcanzará los miles. Algunos comentaristas dicen que esto fue inevitable. Pero eso es una mentira.
Incluso el Wall Street Journal publicó un artículo titulado, “La evacuación fue un modelo de eficiencia – para los que tenían un auto.”
El sur profundo en los EE.UU. está plagado de extrema pobreza comparable a un país del tercer mundo, y New Orleáns, a pesar de su llamativo turismo, no es excepción.
Para los más de 100.000 residentes pobres de New Orleáns sin ningún acceso a autos, había pocas opciones. Podías tomar el poco dinero que tenías para tomar un bus, dejar la ciudad, abandonar las pertenencias, amigos, y la comunidad para terminar durmiendo en la calle de alguna otra ciudad. O podías ir al Superdome, donde más de 23.000 personas decidieron esperar la tormenta en un campo diseñado para ver fútbol americano, solamente para terminar evacuados (después de una peligrosa evacuación) al Astrodome, en la no tan cercana Houston en Texas.
O, como decidieron miles de personas, (o fueron obligados a decidir), podías esperar en tus tejados o áticos, rodeado de destrucción y cadáveres flotantes; con la esperanza de no terminar como uno de los cuerpos flotantes. La clase trabajadora y los pobres tienen las viviendas más inestables, así que son desproporcionadamente las casas de los trabajadores las que fueron destruidas.
New Orleáns (y otras localidades a través de Louisiana, Mississippi, Alabama, etc.) no tienen agua potable, y los suministros de comida han sido destruidos. Personas de clase trabajadora y pobres desesperados han recurrido “al saqueo” para conseguir comida. La gente ha tenido que conseguir comida, agua, y otras necesidades, la gente no debería ser castigada por la tragedia por la que están pasando. WalMart puede permitirse dar algo de comida; los trabajadores enfrentados al desastre no pueden.
Como evidencia esta crisis, más de 6.000 Guardias Nacionales de Luisiana y Mississipi están en Irak ayudando a los intentos de la elite de EE.UU en la ocupación del país, en beneficio de Halliburton, Texaco, Bechtel, y otras corporaciones norteamericanas. En teoría se supone que
Claramente, en las mentes de los millonarios y millonarios que gobiernan el país, la guerra y los beneficios están antes que la ayuda para gente común y corriente que enfrenta las situaciones más difíciles. En parte debido al inmenso monto de recursos destinados a la guerra por el petróleo, las ganancias y el prestigio, los gobiernos estatales y locales han implementado viscosos cortes presupuestarios que han causado entre otras cosas, menos dinero para ser dedicado a responder a desastres naturales.
Prevención: Ganancias antes que la gente
Los años recientes han estado marcados por el incremento en el número de huracanes y otros grandes desastres naturals, algunos de los cuales, probablemente, son resultado del cambio climático. Por supuesto, hubiera sido imposible prevenir todo el daño causado por Katrina, pero la mayoría del daño era prevenible. New Orleands, rodeada de agua por tres costados (El río Mississipi, el lago Pontchartrain, y el Golfo de Mexico) tiene un record de inundaciones durante huracanes.
La ciudad está construida bajo el nivel del mar, y se evitan las inundaciones constantes mediante un sistema de diques y bombas. Los diques son diseñados para soportar huracanes de “nivel tres”, pero Katrina fue un huracán de nivel cuatro. Hay mucha tecnología para crear diques que soporten incluso huracanes de nivel cinco.
Además, el sistema de bombas que saca el agua fuera de las áreas que están más abajo del océano funciona con electricidad, no generadores. Por supuesto, la electricidad se había cortado no solo en New Orleans, sino a través de toda la costa del Golfo. El sistema podría haber funcionando con generadores, pero esto hubiera costado dinero, dinero que los políticos al servicio de las grandes empresas no estaban dispuestos a gastar.
En un interesante artículo en el New Orleans City Business del 7 febrero de 2005, el Cuerpo de Ejercito de EE.UU. señala que millones son necesarios para protección de inundaciones y huracanes en New Orleáns, pero que “la mayoría de los proyectos no serán financiados en el presupuesto del año fiscal 2006 del presidente.” Del 2001 al 2005, el gasto gubernamental en proyectos para proteger a New Orleáns de inundaciones masivas, cayó drásticamente de $147 millones a $82 millones.
Los Cuerpos de Ejercito de Ingenieros son responsables por la mantención de las defensas contra inundaciones y en junio del año pasado su gerente de proyectos, Al Naomi, se dirigió a la autoridad del dique East Jefferson para solicitar $2 millones para “trabajos urgentes” por los que Washington no estaba pagando. “Los diques se están hundiendo” , dijo que “Todo se está hundiendo, y si no conseguimos el dinero suficientemente rápido para levantarlos, entonces no podemos estar preparados para cualquier contingencia.
Estudio tras estudio ha mostrado que las zonas de clase trabajadora y pobre, como el deprimido “Lower Ninth Ward” de New Orleáns fueron los más golpeados por inundaciones debido a la falta de inversión en prevención.
Sostienen que no hay dinero para prevención, pero United Airlines ha recibido recién billones en reducciones impositivas del gobierno federal. Billones son gastados en destrucción, ocupación y opresión en Irak. ¿Y ellos no pueden financiar proyectos para minimizar el daño de desastres naturales inevitables? Ridículo.
Con las grandes empresas controlando la estrategia de Socorro, la situación se ve mal para las masas pobres de
Ahora, Wall Street no está preocupado por la situación deseperada que enfrentan millones de personas debido al desastre. Están preocupados de la línea final: Ganancias. Específicamente, están preocupados por el petroleo.
Deberían preocuparse. La economía de los EE.UU. y la economía mundial serán afectadas masivamente por estos acontecimientos. Los trabajadores ya han sido golpeados duramente. Los trabajadores no podemos permitir que los grandes negocios dejen caer la carga de los problemas económicos sobre nuestras espaldas. Eso es lo que intentarán hacer llamando a “apretarnos nuestros cinturones”.
Bush y su banda están preocupados
La indignación está aumentando contra Bush por muchos asuntos, que van desde la guerra en Irak, el ingreso inestable y sus masivas reducciones de impuestos para los ricos. Bush, que ya está sufriendo su más bajo rating de aprobación, teme que este desastre lo debilite más cuando se comprenda que su gobierno redujo el gasto en defensas contra inundaciones y envió a
Tenemos que responder luchando para hacer que los grandes negocios paguen por un desastre que ayudaron a provocar y que empeoraron. Deberíamos exigir el control de los trabajadores y las comunidades de todos los recursos de ayuda. Deberíamos exigir billones en gasto para el socorro y la prevención de desastres naturales. El gobierno Federal debe proveer la mantención completa sin restricción de todos los que han perdido sus trabajos, debe haber un programa de emergencia de construcción de buenas viviendas para todos los que ahora quedaron sin casa, debe darse prestamos sin interés para los pequeños negocios y los granjeros para permitirles la reconstrucción. Y los Estados deben recibir finanzas Federales para remplazar sus ingresos tributarios perdidos: Tenemos que organizar manifestaciones de masas, huelgas, y acciones directas para revertir los cortes presupuestarios, aplicar impuestos a los ricos, y conseguir fondos para programas como salud para todos, educación decente, y programas de trabajos públicos que provean de trabajos decentes.
El sistema capitalista tiene sus prioridades: hacer a los accionistas felices porque consiguen mayores ganancias. Para hacer beneficios, quieren mantener los salarios bajos. Las grandes corporaciones no quieren tener que pagar impuestos para nuestros programas sociales, así que pagan a políticos para que pasen leyes y presupuestos que benefician a los super ricos. Necesitamos un partido que represente a los trabajadores, un partido con un programa para poner fin a la pobreza, la guerra, el racismo y la destrucción medioambiental. Necesitamos un partido de los trabajadores con un programa socialista que luche contra los grandes negocios hasta el final.
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