UN MAR DE GENTE CONTRA LA GUERRA

Posted by SOCIALISMO REVOLUCIONARIO on 19:57

¡¡No a la Guerra contra Irak!!

Artículo editorial de Socialismo Hoy, periódico mensual del Partido Socialista de Inglaterra y Gales, afiliado al CIT/CWI. Marzo 2003.

En una marea impresionante de protesta contra los planes norteamericanos, millones de personas marcharon el 15 de febrero contra la guerra, se estima que participaron 30 millones de personas en 16 ciudades alrededor del mundo. Masivas manifestaciones tuvieron lugar en el propio Estados Unidos; Nueva York, los Angeles, San Francisco, Seattle y otras ciudades. En Europa las manifestaciones más grandes fueron en países como Bretaña, España e Italia donde los gobiernos apoyan la posición de Bush. Estas impresionantes demostraciones representan sin duda un terremoto político y una clara advertencia para la clase dominante de estos países.

Bush, por su parte despreció las protestas, afirmando que el no seria influenciado por este "focus group" (irónico, tomando en cuenta la obsesión de los políticos americanos con las votaciones y los focus group). Los EE.UU. lideran el capitalismo, sin embargo, reconocido esto, "puede haber todavía dos superpotencias en el planeta: EE.UU. y la opinión publica mundial" (Nuevo Poder en las Calles, The New York Times 17 de febrero). Bush, apoyado por Blair podrá continuar con sus planes para atacar Irak, pero la gran protesta anti-bélica será la balanza que medirá el costo político que Bush, Blair y cualquier otro líder capitalista que este de acuerdo con ellos, ya que tendrán que pagar los costos políticos mientras se extienda el conflicto.

Las manifestaciones incluyeron a un gran sector de la clase trabajadora y de la juventud que han estado envueltos en el movimiento antiglobalización y luchando contra las políticas neoliberales en los años recientes. Pero también se han sumado una gran capa de estudiantes, jóvenes, sectores de la clase media y trabajadores que no habían estado participando en el movimiento. Además las organizaciones de izquierda y los sindicatos jugaron un rol importante en la movilización para las manifestaciones y su inmenso numero refleja un fuerte y espontáneo sentimiento anti-guerra. Bajo este movimiento se demuestra además el desencanto con toda la clase política burguesa, las instituciones capitalistas y los efectos nocivos de las desenfrenadas políticas de libre-mercado. Podemos estar seguros que aquellos que salieron a las calles son los representantes activos de muchos más millones que comparten los mismos sentimientos.

¿Qué otra acción de masas puede demostrar mas claramente a Bush, Blair y los otros vasallos del imperialismo americano que han hecho caso omiso ante la Guerra? Estos millones de personas en las calles no estaban defendiendo a Saddam, como esta sosteniendo la Casa Blanca. Saddam es un dictador que ha gobernado mediante una brutal represión y que todavía posee un arsenal formidable de armas convencionales y probablemente alguna reserva de armas químicas y biológicas. Pero su régimen no representa una amenaza inmediata contra los EE.UU. o los estados occidentales.

A pesar de que Bush y Blair siguen repitiendo que existe conexión entre Saddam y Al-Qa’ida, ni el gobierno de EE.UU. ni Bretaña han demostrado con evidencias concretas alguna conexión. De hecho, a través de las sesiones de información confidencial, elementos de los servicios de inteligencia han dejado claro que no creen que exista tal eslabón. La conexión Al-Qa’ida es un montaje fabricado, el equivalente al "incidente del golfo Tonkin" usado por EE.UU como pretexto para iniciar una intervención a gran escala en Vietnam.

Las intensivas inspecciones de los inspectores de armas de la ONU, con mayor cooperación de Irak, no han arrojado evidencia alguna de la existencia de armas de destrucción masiva. EE.UU. ahora ha denunciado la capacidad que tiene Irak para la fabricación de armas nucleares, lo que ha sido refutado por Baradei de la Comisión Internacional de Energía Atómica. Con los informes entregados por Saddam, seria imprudente asumir que el no posee ninguna arma biológica o química. Sin embargo este armamento representa hoy mucho menos amenaza de lo que fue en los años ochenta, cuando EE.UU. apoyo al régimen Iraquí contra Irán e hizo la vista gorda cuando Saddam utilizó armas químicas contra las fuerzas Iraníes y la población Kurda.

En su desesperación, Bush y Blair apelan ahora a una cuestión "moral" ellos hablan de la necesidad de liberar al pueblo Iraquí del brutal régimen de Saddam. Hipocresía sin límites. EE.UU., Bretaña, Francia y otras potencias occidentales armaron a Saddam en los años ochenta, reforzando de esta manera su régimen represivo. Luego de la Guerra del Golfo ellos impusieron al régimen las sanciones, que ocasionaron la muerte de por lo menos 500.000 niños y un sufrimiento inimaginable para el pueblo Iraquí. ¿Con que moral EE.UU. determina sanciones contra Saddam, cuando ha apoyado a regímenes tan brutales como Marcos (Filipinas), Suharto (indonesia), el Shah (Irán), Somoza (Nicaragua), Pinochet (Chile), Mobuto (Congo-Zaire), etc., etc.?

Ni Blair ha podido justificar su posición "moral", últimamente incluso las jerarquías de las iglesias Protestante y Católica de Bretaña han refutado esta posición.

La llamada "liberación" de Irak por parte del imperialismo americano inevitablemente ocasionará miles de muertes. Durante la Guerra del Golfo en 1991, 150.000 Iraquíes fueron muertos, a pesar del uso de armas de "alta tecnología". El derrocamiento de Hussein es una tarea del propio pueblo Iraquí. Las descaradas declaraciones de Bush, Cheney, Rumsfeld, Wolfowitz y los otros halcones de Washington han dejado claramente en evidencia ante la opinión publica mundial que el verdadero objetivo de EE.UU. no es la "liberación" sino la dominación estratégica de Irak y Medio Oriente, para tomar el control de las reservas de petróleo en la zona.

Bush y compañía se empeñan todavía en lanzar una guerra –a pesar de las masivas protestas, el escaso apoyo con que cuenta para una acción unilateral y a pesar incluso de las graves reservas hechas por otros sectores de la clase dominante americana. El sector que encabeza Bush, y que controla el poder ejecutivo del país esta decidido a imponer la dominación militar y estratégica global del imperialismo americano mediante una acción militar preventiva. Sus planes para intervenir en el Golfo (y en otras zonas) se gesto en los años ochenta y su doctrina militar esta reforzada por una ideología ultra derechista y neo-conservadora. Ellos están unidos al sector más rapaz de los grandes grupos económicos americanos; grandes petroleros, industrias de armamento, compañías del sector financiero y empresas tecnológicas que aparecieron y se desarrollaron rápidamente durante los años noventa. Ellos han aprovechado su poder para controlar sectores decisivos de los medios de comunicación de masa y fondos económicos de la propia sociedad para consolidar su mantención en el poder político. Bush esta arriesgando lo que le queda de reputación política promoviendo un "cambio de régimen" en Bagdad, sin embargo retirarse ahora significaría también el cambio de régimen en Washington. Es mas, con la inmensa movilización de las fuerzas militares hacia la región del Golfo, Bush ha puesto el prestigio del propio imperialismo americano en la mira. Retroceder ahora seria un serio retroceso para el imperialismo americano. Desafiado por la oposición de Francia, Alemania, otras potencias menores y del propio Saddam, el conflicto ha puesto en juego el poder y prestigio de EE.UU. así como el control de los recursos de petróleo.

Crisis en la Alianza Occidental

Bush en la búsqueda de la dominación hegemónica ha ocasionado hoy una crisis en tres instituciones que jugaron un papel clave en el mantenimiento de la "alianza occidental" pos–guerra. que EE.UU. estableció luego de la Segunda Guerra Mundial. Las grietas que se han visto dentro de la Unión Europea (UE), la OTAN y las Naciones Unidas (ONU) reflejan una tensión creciente e incluso conflictos abiertos entre las grandes potencias capitalistas. Durante la Guerra Fría, la existencia del "Bloque Oriental" de estados Estalinistas no capitalistas, con economías planificadas y gobernadas por burocracias totalitarias, ejerció un contrapeso al capitalismo y al imperialismo. La amenaza frente a un rival con otro sistema social fue lo que mantuvo unida a la alianza occidental. Desde la caída del Muro de Berlín ha habido un proceso acumulativo de tensiones de los viejos poderes capitalistas y que incluyen hoy a China y a Rusia. Lejos de consolidar el "nuevo orden" mundial, la guerra contra Irak solo traerá como consecuencia la exacerbación de tales rivalidades.

Chirac no se ha opuesto a un ataque americano en Irak por razones humanitarias. En el pasado, el capitalismo francés también apoyo al régimen de Saddam abasteciéndolo de armas y materiales, y hoy esta ávido de abrir nuevas oportunidades económicas en Irak. Chirac no ha detenido la intervención imperialista, por ejemplo en Africa, donde ha satisfecho los intereses del capitalismo francés. Sin embargo hoy los líderes capitalistas franceses se oponen a una intervención militar en Irak porque tienen claro que esto afectara sus intereses. Estos no han estado amenazados directamente por el régimen Iraquí, aun considerando el hecho de ya han sido el blanco de ataques por parte de Al-Qa’ida (ingenieros franceses fueron muertos en Karachi y un petrolero francés fue atacado en la costa de Yemen). Pero ademas ellos temen que una guerra pueda iniciar una escalada de ataques terroristas.

Chirac y sus asesores reconocen el hecho de que no será fácil, después de una victoria militar americana, conseguir estabilidad en Irak. De hecho, una guerra en Irak podría ocasionar grandes explosiones en toda la zona del Medio Oriente. Al interior de Francia, una guerra podría iniciar un serio conflicto entre la gran población musulmana y las minorías judías. Tampoco es menor calcular las consecuencias electorales que tendría una guerra, tomando en cuenta que un 78% de los votantes franceses se opone a la acción militar.

Los esfuerzos por parte de EE.UU. para intimidar y alinear a los estados europeos provoca la peor crisis en la historia de la OTAN. Washington llamo a la OTAN para que proporcionara ayuda militar defensiva a Turquía, incluso con proyectiles Patriot y Awacs (aviones con radar de vigilancia).

Incluso Alemania se había comprometido a proporcionar informalmente equipo militar a Turquía. Pero EE.UU. quería un gesto público, una "señal resolutiva", mientras que Francia, Alemania y Bélgica se oponen a dar un paso publico hacia la guerra. Luego fue alcanzado un compromiso. Según el secretario general de la OTAN, Robertson "prevaleció la solidaridad de la alianza". Sin embargo las decisiones de la OTAN fueron vinculadas las decisiones de la ONU, exactamente lo contrario de las aspiraciones Norteamericanas y Británicas. Este choque es un indicio de otros por venir.

Irónicamente, así como la OTAN había logrado alcanzar un compromiso, el gobierno Turco por su parte anunciaba que no estaba buscando una aprobación parlamentaria para el uso de bases turcas a las fuerzas militares americanas. Con 6.000 y 20.000 millones de dólares ofrecidos para concesiones y préstamos respectivamente, el gobierno turco exigía otros 6.000 millones adicionales a pagar como garantía. La posición del gobierno turco esta indudablemente influenciada por un 95% de oposición popular a la guerra y también por el deseo de la clase gobernante turca de enviar a sus propias fuerzas al norte de Irak para prevenir la consolidación de un estado Curdo autónomo. El rechazo a permitir una ruta a través de Turquía para abrir un frente en el norte contra Saddam, seria una enorme complicación para los planes de invasión de EE.UU.

La crisis de credibilidad de la ONU

Naciones Unidas también vive un profundo desorden. Bush se ha visto presionado por los estados aliados y la opinión publica norteamericana a tomar una decisión a través de la ONU. Para Washington, sin embargo, el proceso en la ONU es una mera táctica diplomática para legitimar una decisión -que ya ha sido determinada de antemano- para lanzar una guerra contra Irak. Por otra parte, la mayoría de las grandes potencias, representada por la mayoría del consejo de seguridad y los miembros de la asamblea general, sostienen la continuación de las inspecciones de armas como formula para posponer una decisión y evitar una probable guerra. Francia, Alemania y otros países favorecen una política de contención, con la esperanza de lograr un cambio de régimen sin una guerra.

La lucha al interior de la ONU entre Bush y sus partidarios por un lado, y aquellos que apoyan la política de contención, por el otro, se intensifica fuertemente. Los estados más pequeños, que incluyen a la mayoría de los estados Árabes, enfrentan un serio dilema. Estos temen oponerse a EE.UU. por el castigo inevitable que este podría realizar, pero también tienen miedo de votar a favor de una guerra, porque entonces enfrentarían la ira de la población de sus propios países.

El régimen de Bush esta indignado ante la negativa del director de los inspectores de armas –Hans Blix- para producir un "causus belli" (la causa para la guerra) en los informes presentados el 14 de febrero. Al mismo tiempo, la oposición de Francia y Alemania y otros países se ha fortalecido por el crecimiento de la oposición pública contra la guerra, sobre todo después del 15 de febrero. Ahora es incierto si EE.UU. podrá pedir una segunda resolución del Consejo de Seguridad para el uso de la fuerza,

Ahora parece improbable que Francia –que tiene poder de veto- pueda votar por una guerra. Es una cuestión de si usa su veto o meramente se abstiene. Es mas, si Francia frena el apoyo a una intervención americana seria difícil para China y Rusia dar su apoyo. El resultado esta en la balanza.

La respuesta de Saddam a las demandas de los inspectores de armas para que destruya centenares de proyectiles Al Samound-II podría ser un factor crucial. De cualquier forma, la ONU enfrenta una crisis de credibilidad. Para las potencias capitalistas, el papel de la ONU ha sido siempre el de legitimar el rol del imperialismo, cubriendo la intervención con un barniz de legalidad supranacional y las preocupaciones humanitarias. Dejando la decisión a la ONU –apoyo a nuestra intervención militar o desprestigio- EE.UU. amenaza con destruir toda la credibilidad que le queda a la ONU. Si EE.UU. tiene éxito presionando mediante un voto a favor de la guerra, la ONU llegara a ser vista como un brazo más de la superpotencia americana.

En tanto exista el apoyo para la acción multinacional a través de la ONU, los efectos devastadores de una acción militar contra Irak y sus consecuencias, serán el resultado de una decisión del Consejo de Seguridad. La ONU llegara a ser vista como responsable de la guerra junto al papel rapaz del imperialismo americano. Aun cuando la ONU vote contra los planes de EE.UU., el régimen de Bush no dudara enviar a la ONU al tarro de basura de la historia, junto a la anterior Liga de Naciones.

Con o sin el apoyo de la ONU, probablemente EE.UU proseguirá con la acción militar, a pesar de una profunda reticencia entre los estrategas de la clase dominante americana y un sector de sus mandos militares. Las consecuencias de una guerra en Irak serán más complejas para el imperialismo que la rápida intervención realizada en Afganistán.

El inaudito movimiento de masas contra la guerra – la verdadera potencia que se revelo en las calles el 15 de febrero- ahora debe dar paso a objetivos políticos claros y en forma organizada. Nosotros luchamos por construir un movimiento anti-guerra amplio. Sin embargo, como socialistas luchamos también por objetivos políticos claros y formas eficaces de organización para el movimiento. Nos oponemos a la intervención imperialista en el Golfo y en cualquier país neo-colonial. Apoyamos la lucha del pueblo Iraquí contra la dictadura de Saddam Hussein. La oposición al imperialismo tiene que ligarse a la lucha contra el capitalismo con un programa para la transformación socialista de la sociedad. En la gente que protesto el 15 de febrero subyace la necesidad de construir nuevos partidos de masa de la clase trabajadora. En lo inmediato, las protestas de masa deben ser canalizarse para una organización masiva de desobediencia civil, incluyendo ocupaciones, huelgas y si es posible Huelgas generales.

Artículo editorial de Socialismo Hoy, periódico mensual del Partido Socialista de Inglaterra y Gales, afiliado al CIT/CWI. Marzo 2003.