Bolivia: Mientras tensiones de clase suben, también la posibilidad de guerra civil

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La necesidad de un partido socialista revolucionario es más clara que nunca

Roberto Antezana, Alternativa Socialista Revolucionaria (CIT-Bolivia), lunes 20 de Agosto

El nivel de la lucha de clase en Bolivia se ha intensificado fuertemente en las últimas semanas. Conflictos sobre la Asamblea Constituyente, reforma agraria, y los precios de canasta familiar han puesto la situación política muy volátil. El gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales está enfrentándose con presiones de ambos lados del espectro político.

Por un lado los movimientos sociales se están poniendo más y más frustrados y enojados por los defectos del programa de reformas del gobierno del MAS mientras la oposición derechista quiere destruir dicho programa porque le está dañando económicamente y porque tienen miedo de que el gobierno no vaya a poder controlar a los movimientos sociales. Entonces el movimiento reformista del MAS podría convertirse en un movimiento revolucionario.

La Asamblea Constituyente ha sido una fuente importante de descontento entre los movimientos sociales. El plazo determinado del 6 de Agosto de 2007 ya ha pasado y lejos de haber aprobado una nueva constitución, no hay aún una versión lista sobre la cual votar votar. Al contrario, el gobierno del MAS fue forzado hacer una concesión crucial con la oposición derechista sobre los procedimientos de votación para convencer al Congreso a extender el plazo de la Asamblea Constituyente por cuatro meses más.

Muchos en la base del MAS están frustrados, decepcionados, y/o enojados con el fracaso del gobierno del MAS en aprobar una nueva constitución y por el compromiso que hizo con la derecha. Organizaciones de campesinas, indígenas, que están exigiendo una nueva constitución que garantice autonomía para comunidades indígenas, están especialmente molestas. Dos organizaciones poderosas, La Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB) y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas de Qullasuyu (Conamaq) han rechazado públicamente el compromiso y han declarado muerta la Asamblea Constituyente.

Esto ha tenido un efecto positivo para forzar a algunos dentro del MAS a reconocer públicamente que necesitan de los movimientos sociales para superar a la oposición derechista y lograr cambios fundamentales. Sin duda, muchas de las personas más frustradas y más radicales de la base del MAS, juntos con algunos de las federaciones de campesinos y sindicatos obreros, van a ver la situación con alarma y empezar a movilizarse bajo un programa radical que exige la profundización de la revolución social que el MAS ha empezado y sutilmente mantiene.

También, los incrementos severos en los precios de alimentos básicos están trayendo presión al gobierno del MAS por sus bases en los movimientos sociales. En las semanas recientes, los precios del pan, carne, pollo, productos lácteos y la mayoría de frutas y vegetales han subidos drásticamente y la tarifa de transporte público también subirá en un futuro cercano. Esto ha chispado una subida en la tasa general de inflación, la cual alcanzó 7% en Julio, superando así incluso las predicciones más pesimistas. Esta inflación superó más que todo el aumento salarial de 5% para los trabajadores, decretado por el gobierno y que empezó a principios de Agosto.

De acuerdo con estadísticas oficiales, 60% de la población boliviana es pobre, y 33% es extremamente pobre. 60% de hogares bolivianos no tienen bastante dinero para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación. La mayoría pobre no tiene dinero extra para compensar la subida de precios. Si el precio de alimentos sube, la mayoría en Bolivia come menos. La base campesina, obrera, indígena y pobre del MAS se están poniendo más frustrada con las dificultades económicas las que las reformas del MAS no han podido resolver.

Ataques agresivos de la oposición derechista boliviana

La presión más intensa en contra del gobierno del MAS está viniendo de la oposición derechista que consiste en la elite empresarial, los latifundistas, los partidos políticos derechistas y el imperialismo estadounidense. La oposición ganó una victoria importante sobre el gobierno al prevenir que la Asamblea Constituyente cumpla su trabajo antes del 6 de Agosto. En el compromiso para extender la Asamblea Constituyente por cuatro meses, la oposición forzó el Congreso masista a ceder en el método de votación para que cada artículo de la constitución sea aprobado por una mayoría de 2/3 lo que ha sido el debate principal desde el principio.

Algunas organizaciones y partidos políticos derechistas, aprovechando la irregularidad de esta situación, han rechazado la ampliación de la Asamblea Constituyente, diciendo que es ilegal y que la constitución actual debe ser respetada. Un anuncio de hoja entera en los periódicos endosado por muchas organizaciones derechistas importantes declaró, "La constitución vigente es mucho mejor que cualquier posible resultado de una [Asamblea Constituyente] ilegalmente prolongada. ¡Defendámosla!" y diciendo también que ellos "…han asumido la tarea de defender la democracia, la libertad, la propiedad privada y un futuro común entre todos los bolivianos…"

Jose "Tuto" Quiroga, cabeza del principal partido derechista de oposición, Poder Democrático Social (Podemos), dijo que aún una constitución nueva aprobada por una mayoría de 2/3 debe, además, ser aprobado por una mayoría simple en cada uno de los nueve departamentos de Bolivia. Si esto no ocurre dijo que "La gente se va a plantar y a decir: secesión. Nos separamos, nos dividimos." Esto no es solamente retórica. Existe la posibilidad de que un movimiento de secesión surja en Bolivia, para terminar en una guerra civil y/o una dictadura.

La oposición a la Asamblea Constituyente es solo parte de una campaña, más general, para desestabilizar al gobierno del MAS y debilitar los movimientos sociales que están poniendo en riesgo los intereses económicos de la clase dominante en Bolivia. Hay un movimiento fuerte gritando autonomía en los cuatro departamentos orientales conocidos como la "Media Luna". Estos departamentos tienen la mayoría de los yacimientos petrolíferos, la mayoría de los productos agrícolas de exportación, y son más industrializados que los departamentos occidentales del país.

Aunque el gobierno del MAS goza de una mayoría sólida a nivel nacional, la derecha tiene una mayoría considerable en la Media Luna, especialmente con respecto al movimiento por autonomía que fue rechazado a nivel nacional (62% en contra y 38% a favor), pero que obtuvo en la Media Luna casi 70%.

Si la Media Luna tiene éxito en su movimiento autonómico, la élite boliviana y los latifundista quedarán protegidos de las reformas económicas del MAS. Pero la posibilidad para una victoria absoluta es pequeña debido a que las bases del MAS, son mayoría fuerte, con respecto al tema. Sin embargo, el tema de autonomía ha sido usado para construir una oposición derechista bien organizada y movilizada en la Media Luna que últimamente puede ser transformada en un movimiento secesionista.

Dirigiendo el movimiento por autonomía esta el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas y el Comité Cívico Pro-Santa Cruz, fundado por los empresarios y latifundistas del oriente, pero que tienen un apoyo sustancioso de la clase media y alta en general dentro la media luna. También cuentan con la Unión Juvenil Cruceñista, que sirve de grupo de choque en resguardo de los intereses de oposición. Hace poco, este grupo hizo una llamada para "alzar armas" en respuesta al pronunciamiento de Evo Morales para que organizaciones indígenas participen de la anual "Parada Militar" en Santa Cruz el 7 de Agosto argumentando que la convocatoria equivalió a una invasión extranjera. Sin embargo la parada militar se llevó a cabo sin incidentes, aunque la idea, de la Unión Juvenil Cruceñista, para armarse ha quedado en la consciencia de los de los movimientos sociales.

Los latifundistas de Bolivia constituyen otra fuerza importante de la oposición derechista. Recientemente, el gobierno del MAS empezó a ejecutar su programa de reforma agraria. A principios de Agosto, Morales anunció que iba a expropiar 600,000 hectáreas de tierra ociosa de los latifundistas y distribuirlas a varias comunidades indígenas. Como respuesta, los latifundistas han anunciado la formación de "comités de resistencia" y sus dirigentes han dicho que se están preparados a usar la fuerza para proteger sus tierras de expropiaciones "ilegales", "La cantidad de fuerza que se utilizará será proporcional a la agresión que recibamos…tenemos la obligación y el deber de protegerlos nosotros mismos" (La Prensa, 5 Agosto 2007). Morales respondió diciendo que iba a usar al ejército para llevar a cabo la reforma agraria.

Por último, la influencia del imperialismo estadounidense juega un rol importante en la oposición derechista. El embajador estadounidense, Philip Goldberg viene a Bolivia después de un trabajo en Kosovo donde supervisó la división de los estados balcánicos y el espiralmiento de yugoslavia a una guerra civil. Movimientos para "descentralización" y "autonomía" fueron los predecesores de la guerra civil. Tres meses después de la llegada del embajador estadounidense, la Media Luna se puso claramente más agresiva en sus ataques al gobierno del MAS y claramente vemos su mejor organización y provisión para "defender" violentamente los intereses de oposición. En los enfrentamientos entre movimientos de izquierda y derecha, la juvenil derechista, portaba, palos con púas, bats, gases, petardos balines y hasta pistolas para defenderse.

Reformismo: Arriesgando mucho en Bolivia

El gobierno de Evo Morales y el MAS iniciaron un programa de reformas que parece muy radical hoy en día. Siguiendo el ejemplo de la Revolución Bolivariana de Hugo Chávez, realizaron nacionalizaciones parciales así como una reforma de tierra, ambos están muy bien publicitados. Morales logró aumentar los ingresos estatales, renegociando agresivamente los contratos petroleros que tiene Bolivia con las transnacionales – ahora pagan 82% en vez de 18% en 2003 o 50% en 2005! Debido a los altos precios e impuestos del petróleo, los ingresos de los hidrocarburos incrementaron más de 500%! En 2005, éstos fueron 300 millones de USD. En 2007 son 1,3 billones de USD

Este dinero le permitió al gobierno del MAS implementar muchos de sus programas sociales, de los cuales se beneficiaron muchos trabajadores, campesinos, indígenas y pobres. Pero cómo otra prueba de la perversión del sistema capitalista, este dinero adicional también fue responsable del crecimiento de la inflación. Con tanto dinero en la economía Boliviana, el valor del dinero cae y la clase capitalista transfiere esta pérdida a los consumidores con la subida de precios. Cuando hablamos de la subida de precios de comida y transporte público, los "consumidores" que sufren son los trabajadores, campesinos, indígenas y pobres.

Durante estas reformas agresivas, Morales y el gobierno del MAS aseguraron a la clase media y a los sectores menos hostiles de la clase capitalista boliviana, que no irán demasiado lejos con las reformas. .

El vicepresidente Álvaro García Linera, que fue encarcelado cinco años durante las dictaduras, es un teorético importante en Bolivia, representando una filosofía política reformista que argumenta que primero, hay que construir el capitalismo Boliviano y después, en aproximadamente 30 años, el socialismo será posible.

Como vemos hoy en la lucha cotidiana de Bolivia, esto significa que la clase capitalista boliviana va a coordinar con las necesidades de la clase capitalista internacional y actuar como oposición doméstica contra todos los cambios que beneficien a la clase trabajadora, campesinos, indígenas y pobres.

También significa que los movimientos sociales van a movilizarse para defenderse contra la oposición derechista y luchar por sus demandas durante las pugnas en las calles. Ahora que el partido MAS, representante de las bases, controla el gobierno, los movimientos sociales esperan reivindicarse y que sus demandas sean escuchadas. Sin embargo, ante el hecho de que la economía sigue siendo controlada por la oposición capitalista y que la clase capitalista sigue succionando gran parte de las ganancias creadas por los trabajadores y campesinos, el gobierno del MAS bajo su gobierno reformista no tiene mucha capacidad para conceder concretamente las demandas de los trabajadores y campesinos.

Los movimientos sociales en Bolivia necesitan un liderazgo revolucionario

Trotsky dijo en El Programa de Transición: "Si el capitalismo es incapaz de satisfacer las reivindicaciones que surgen infaliblemente de los males por él mismo engendrados, no le queda otra que morir. La "posibilidad" o la "imposibilidad" de realizar las reivindicaciones es ...una cuestión de relación de fuerzas que sólo puede ser resuelta por la lucha." Ahora mismo, la relación de fuerzas esta del lado de los trabajadores y campesinos bolivianos. Con un liderazgo consciente y revolucionario, dispuesto a llevar las masas a la lucha, los trabajadores y campesinos de Bolivia podríamos derrumbar al capitalismo y crear una economía socialista para atender las necesidades básicas de la mayoría pobre.

El gobierno del MAS ha hecho nada para organizar a los movimientos sociales, aumentar su conciencia política o llevarles a la victoria sobre la oposición derechista que seguramente son capaces de ganar con su control económico y su aún participación en lo político. Mucho menos, organizarse en comités de lucha manejados democráticamente, ni hablar de empezar el proceso de conectar estos comités de manera democrática a nivel regional, provincial y nacional.

Eso pese al hecho de que su influencia en los movimientos sociales todavía es muy grande. Este 20 de julio, el MAS organizó, en La Paz, la manifestación más grande en la historia de Bolivia, dónde participaron entre 1,5 y 2 millones de personas (de una población total de menos de 10 millones) la iniciativa de algunos asambleístas para mover la capital a Sucre (que no queda en la "Media Luna" pero que los opositores usaron para obstaculizar una vez más a la Constituyente).

De hecho la manifestación tuvo lugar en la ciudad vecinal de El Alto, dónde el MAS tiene más que 80% de apoyo. Los habitantes de El Alto fueron también la fuerza principal en las Guerras del Gas que echaron dos presidentes neoliberales. Un partido socialista revolucionaria es necesario para cambiar esta población radical y militante a una población revolucionaria socialista que sería la fuerza clave para el derrumbamiento del capitalismo en Bolivia, creando un gobierno y una economía realmente democráticos y socialistas.

Pero en vez de promover un desarrollo revolucionario en los movimientos sociales, las limitaciones del programa reformista del gobierno del MAS, lo obligan a desmovilizarlos. En algunos casos, el gobierno usó hasta el ejército para reprimir a sectores que están demandando las reivindicaciones de cosas que no puede darles, o que no caben con su cuadro de cambio de largo plazo.

Esta situación es muy peligrosa para los movimientos sociales e incluso para el gobierno del MAS. El gobierno del MAS está debilitando a los movimientos sociales que son la única fuerza que puede protegerlo de la oposición derechista. Al mismo tiempo, el gobierno necesita llevar adelante su programa de reformas, que enoja a la oposición, porque sólo por estas reformas ha mantenido su apoyo dentro la clase trabajadora y campesina.

La posibilidad de una guerra civil en Bolivia en los meses siguientes es muy real. En la Media Luna, 20% de la población son indígenas (una minoría de aproximadamente 570.000 personas), que podrían sufrir de una campaña de limpieza étnica" y relocalizaciones forzosas. El hecho de que el ejército sigue siendo controlado por los viejos elitistas de la comunidad castrense y que los prefectos del oeste podrían convencer a unos oficiales militares de romper relaciones con el gobierno nacional, también hace que el peligro de una dictadura militar en Bolivia sea muy real.

La tarea primordial de los movimientos sociales en Bolivia ahora es, empezar a organizarse en comités de defensa con estructuras democráticas y conectar los comités de manera democrática a nivel local, regional, departamental y nacional. También necesitan democratizar el ejército, haciendo que los soldados rasos y el pueblo boliviano tengan el derecho de elegir y revocar inmediatamente a todos los oficiales militares. Estos oficiales también deberían ganar no más que el promedio salarial de un soldado raso y sus finanzas "privadas" deben ser supervisados estrictamente por las bases trabajadoras, campesinas, indígenas y pobres.

Los primeros pasos para lograr estás tareas tendrán que ser efectuados por pequeñas organizaciones revolucionarias socialistas con un análisis socialista correcto de los eventos concretos, y una orientación dirigida a las masas.

La revolución Boliviana ha estado en una encrucijada, balanceando las fuerzas de los movimientos sociales de izquierda con la oposición derechista capitalista. Las situaciones pre-revolucionarias nunca duran mucho tiempo, especialmente si las condiciones políticas y económicas son tan volátiles como en Bolivia. En el período que viene, hay una gran posibilidad de que vamos a ver un desmoronamiento del balanceamiento, con el surgimiento de un nuevo movimiento más revolucionario, que determinará el cambio o se realizará un conflicto intenso que derive en una guerra civil y posiblemente una dictadura derechista.

Para vencer la amenaza de una contra-revolución y llevar nuestra lucha a la victoria, es necesario luchar no sólo para defender las reformas del gobierno de Morales, sino también de vincular esta lucha con una lucha por un gobierno de trabajadores y campesinos con un programa socialista revolucionaria que derrumbe al capitalismo.