Como resultado de una extensa y sacrificada lucha de los movimientos y organizaciones sociales, encabezada por el movimiento campesino e indígena; meritoriamente haciendo resistencia a un desenfrenado ataque mediático, políticamente estratégico y violento, por parte de grupos de poder derechistas, el SI! a la NCPE (Nueva Constitución Política del Estado) se impuso de manera innegable. Este 25 de enero un 61,43% de la población boliviana que participó en el referendo Constitucional y dirimitorio de la tierra, le dio un SI! a la NCPE, y un 80.65%- para sorpresa de los grupos de oposición- le dijo NO! al latifundio.
Evidenciándose con estos resultados que la mayoría del pueblo boliviano en la unidad característica de los sectores empobrecidos, explotados y marginados, pretende encaminar al país, un paso más cerca hacia la transición de las viejas estructuras excluyentes, racistas, colonialistas, antidemocráticas e imperialistas; a estructuras incluyentes, con respeto a las diversidades étnicas y culturales, independientes, democráticas y antiimperialistas.En otras palabras hacia una sociedad mas justa y digna donde se respeten los derechos y se cubran mínimamente las necesidades básicas de la población.
En 5 de los 9 departamentos del país:
Chuquisaca (51.54%), La Paz (78,12%), Cochabamba (64,91%), Oruro (73.78%) y Potosí (80.07%) triunfó el SI a la NCPE, siendo que en los restantes 4: Tarija (43.34%), Pando (40.96%), Beni (32.67%) y Santa Cruz (34.75%), si bien el NO ganó, el SI tuvo porcentajes de votación representativos a miles de personas que también apoyan el proceso de transición impulsado por el Presidente Evo Morales y los movimientos sociales.
La marcada división en cuanto a la votación campo-ciudad, con un apoyo a la NCPE, en porcentaje de votación mayoritario en las zonas rurales que en las ciudades, visibiliza que la lucha por las transformaciones sociales que mejoren la calidad de vida de los bolivianos, es una lucha de los mas pobres, porque no es casualidad que en las zonas rurales de nuestro país también recae el mayor porcentaje de pobreza extrema.
La división oriente-occidente se mantiene presente, gracias en gran parte a la ceguera impuesta en la que mantienen los medios de comunicación en manos de los grupos de poder—y a la que se presta—un porcentaje de la población, y por supuesto a la concentración de familias adineradas, empresariales y latifundistas establecidas en el oriente, sin descartar un cierto ingrediente de racismo y regionalismo.
Los resultados que no dejan duda del contundente triunfo, y en los que no se marca una división de los votantes, son los correspondientes al referendo dirimidor de la tierra. El 80.65% de la población limita el latifundio a 5000 hectáreas en oposición a la segunda opción que planteaba un límite de 10000 hectáreas, este hecho da paso libre a una mejor redistribución y uso de las tierras.
Si bien la aprobación de la nueva constitución ha sido un paso adelante muy importante, no es el último. Los campesinos, indígenas, trabajadores y pobres seguirán luchando, para realizar los cambios garantizados en la nueva constitución y crear una Bolivia socialista.
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